La tragedia ha golpeado a una familia de Michoacán durante sus vacaciones de verano en Ixtapa, Zihuatanejo, Guerrero. Sagid Carreón Calderón, de 36 años, perdió la vida de manera repentina e impactante al ser electrocutado dentro de un jacuzzi en el Hotel Pacífica Ixtapa. Lo que debía ser un momento de relajación y disfrute se convirtió en una pesadilla para su esposa, Estefanía, y el resto de su familia.

Según el desgarrador relato de Estefanía en redes sociales y a la periodista Crystal Mendívil, la familia se encontraba disfrutando del jacuzzi, equipado con luces y hidromasaje, cuando Sagid comenzó a sentir descargas eléctricas. Inicialmente, pensaron que se trataba de una broma. Estefanía describe cómo, al meter su propio pie en el agua, sintió la descarga y la fuerza con la que el agua le jaló la esclava que llevaba en el tobillo.

La situación rápidamente se tornó grave. Sagid salió del jacuzzi, visiblemente afectado. La familia afirma haber contactado de inmediato a la administración del hotel para reportar la falla eléctrica y solicitar asistencia. Sin embargo, según la denuncia de Estefanía, la respuesta del hotel fue lenta, tardando aproximadamente 20 minutos en llegar a la habitación. Para agravar la situación, el hotel, al parecer, no contaba con un médico en sus instalaciones.

En un intento desesperado por salir de la zona de peligro, Sagid trató de saltar a la terraza. Fue en ese instante, en medio del jacuzzi, cuando recibió la descarga eléctrica fatal. Imágenes sensibles, compartidas por la familia como evidencia, muestran el momento en que Sagid se desploma, con las manos agarrotadas y el cuerpo tornándose morado. La madre de Sagid lo sacó del agua, pero ya era demasiado tarde.

El acta de defunción confirma la causa de la muerte: infarto agudo al miocardio secundario a electrocución. Una semana después del incidente, el Hotel Pacífica emitió un comunicado lamentando el fallecimiento y asegurando su colaboración en la investigación. Sin embargo, para Estefanía y su familia, este comunicado llega tarde y no mitiga el dolor de la pérdida. A través de redes sociales, Estefanía clama justicia para Sagid, denunciando la aparente negligencia del hotel y la fría respuesta ante la tragedia. La pregunta que queda en el aire es: ¿se podrían haber evitado estas circunstancias con un mantenimiento adecuado y una respuesta más rápida por parte del hotel? Este caso pone en relieve la importancia de la seguridad en las instalaciones turísticas y la necesidad de una respuesta eficaz ante emergencias. Las vacaciones soñadas de esta familia se transformaron en una tragedia irreparable, dejando un vacío imposible de llenar y una lucha por la justicia que apenas comienza.

La indignación de la familia y la comunidad en redes sociales es palpable. Muchos se preguntan cómo es posible que un hotel de esta categoría presente fallas tan graves en sus instalaciones eléctricas, poniendo en riesgo la vida de sus huéspedes. La exigencia de justicia para Sagid se ha convertido en un clamor, un llamado a la responsabilidad y a la prevención de futuras tragedias. La historia de Sagid Carreón Calderón sirve como un recordatorio trágico de la importancia de la seguridad y la responsabilidad en el sector turístico. ¿Qué medidas se tomarán para garantizar que esto no vuelva a suceder? ¿Qué protocolos de seguridad deben implementarse para proteger a los turistas y evitar que una simple estancia en un hotel se convierta en una sentencia de muerte?