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1 de agosto de 2025 a las 08:35
Maltrato animal: 10 meses de cárcel
La historia de “Negrito” conmueve y nos recuerda la importancia de proteger a quienes no tienen voz. Este noble animal, víctima de un acto de brutalidad inimaginable, sufrió la amputación de su pata frontal derecha tras ser atacado con un machete por J.E.A.A. en el municipio de Umán. Imaginen la escena: “Negrito”, descansando tranquilamente en la terraza de una casa en el fraccionamiento Piedra de Agua, de pronto, se ve enfrentado a la violencia desmedida de este individuo. Un acto que no solo le arrebató una parte de su cuerpo, sino también su tranquilidad y confianza.
Afortunadamente, la historia de “Negrito” no termina en la oscuridad. Gracias a la rápida intervención de la asociación civil Evolución Animal, liderada por Silvia Cortés, se presentó la denuncia penal correspondiente, iniciando así un proceso de investigación en conjunto con la Fiscalía Especializada en Delitos de Crueldad Animal. La perseverancia y el compromiso de estas instituciones demuestran que la lucha contra la crueldad animal es una prioridad y que cada vida, sin importar la especie, merece ser protegida.
Después de un año y tres meses de arduo trabajo, se logró una sentencia a través de un juicio abreviado. J.E.A.A. fue condenado a 10 meses de prisión por el delito de crueldad animal agravado. Si bien la pena podría parecer mínima para algunos, representa un avance significativo en la búsqueda de justicia para “Negrito” y un precedente importante para futuros casos. La decisión del acusado de acogerse a este procedimiento, renunciando a su derecho de probar su inocencia, deja entrever la contundencia de las pruebas presentadas y la solidez del caso construido por la Fiscalía y la asociación Evolución Animal.
El abogado René Ramírez, quien llevó este caso con admirable dedicación, destaca la importancia de esta sentencia, no solo para “Negrito”, sino para toda la comunidad. Sus palabras resuenan con fuerza: "Cuando hablamos de que una persona arremete contra un ser como es un animal doméstico, […] no nada más está ejerciendo una violencia contra ese ser sintiente, sino es también una violencia contra toda la comunidad, porque esos animales son parte de nuestra comunidad, son parte del medio ambiente”. Una reflexión profunda que nos invita a replantear nuestra relación con los animales y a reconocer su valor intrínseco como seres sintientes que comparten nuestro mundo.
La jueza Ileana Álvarez, con su determinación, no solo resolvió una situación jurídica, sino que envió un mensaje claro y contundente a la sociedad: la crueldad animal no quedará impune. La prohibición impuesta al agresor de tener contacto o ser propietario de cualquier animal en el futuro reafirma el compromiso de las autoridades por garantizar la seguridad y el bienestar de los animales.
El caso de “Negrito” es un llamado a la acción, una invitación a la reflexión y un recordatorio de la importancia de la empatía y el respeto hacia todos los seres vivos. Es un testimonio de la fuerza de la colaboración entre la sociedad civil y las instituciones, y una muestra de que la justicia, aunque a veces lenta, puede alcanzarse. Que la historia de “Negrito” inspire a más personas a alzar la voz contra la crueldad animal y a construir un mundo donde todos los seres vivos puedan coexistir en armonía y respeto.
Fuente: El Heraldo de México