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1 de agosto de 2025 a las 05:05

Insecto gigante: ¿pesadilla o maravilla?

En las profundidades de la selva tropical australiana, donde la niebla se aferra a las hojas esmeralda y el sol apenas se atreve a penetrar, se esconde un gigante. No, no es un depredador feroz ni una criatura mitológica, sino un insecto palo de proporciones descomunales. Imaginen un ser tan largo como un antebrazo humano, con un peso comparable al de un huevo de gallina, moviéndose con la gracia fantasmal de un bailarín en las alturas del dosel. Este es el Acrophylla alta, el insecto más pesado jamás registrado en Australia, una maravilla de la naturaleza descubierta recientemente en la remota meseta de Atherton, en el norte de Queensland.

Su descubrimiento, en julio de 2025, ha causado un revuelo en la comunidad científica, no solo por su tamaño excepcional –casi medio metro de longitud y 44 gramos de peso–, sino también por lo que representa: un recordatorio de la inmensa biodiversidad que aún permanece oculta en los rincones más inaccesibles de nuestro planeta. El profesor Angus Emmott, líder del equipo de investigación de la Universidad James Cook que realizó el hallazgo, describe la selva tropical de la meseta de Atherton como un "tesoro de biodiversidad", y el Acrophylla alta es una joya recién desenterrada de este tesoro.

La vida del Acrophylla alta transcurre en las alturas, en el frío y húmedo abrazo de la selva de gran altitud. Este ambiente, según los expertos, ha jugado un papel crucial en su evolución, favoreciendo el desarrollo de su gran tamaño como una adaptación para sobrevivir a las bajas temperaturas. Imaginen a estas criaturas, camufladas entre el follaje, prácticamente invisibles para el ojo humano, balanceándose suavemente con la brisa, alimentándose de las hojas tiernas y perpetuando su linaje en un ciclo vital que ha permanecido inalterado durante milenios.

Hasta ahora, solo se han encontrado dos hembras de esta especie. Los machos, que suelen ser más pequeños en los insectos palo, permanecen esquivos, como fantasmas en la niebla. La búsqueda continúa, y la expectativa por encontrar un ejemplar macho es palpable entre los investigadores. La identificación de la nueva especie fue posible gracias a los huevos únicos de las hembras, con formas y texturas distintivas que los diferencian de cualquier otra especie conocida. Estos huevos, pequeñas cápsulas de vida, son la clave para comprender la historia evolutiva de este fascinante insecto.

El descubrimiento del Acrophylla alta no solo amplía nuestro conocimiento sobre la biodiversidad australiana, sino que también subraya la importancia de la conservación de estos ecosistemas frágiles y amenazados. La selva tropical, hogar de este gigante gentil, se enfrenta a numerosos desafíos, desde la deforestación hasta el cambio climático. La protección de estos hábitats es crucial para asegurar la supervivencia no solo del Acrophylla alta, sino también de la miríada de especies que dependen de ellos.

Los dos ejemplares de Acrophylla alta se encuentran ahora en el Museo de Queensland, donde serán objeto de un estudio minucioso. Los científicos esperan desentrañar los misterios de su biología, su comportamiento y su papel en el ecosistema. Cada observación, cada análisis, nos acercará un poco más a la comprensión de este gigante de la selva, un símbolo de la belleza y la fragilidad de la vida en la Tierra. Y mientras tanto, en las alturas de la meseta de Atherton, el Acrophylla alta continúa su danza silenciosa entre las hojas, un recordatorio constante de las maravillas que aún nos esperan en los rincones más inexplorados de nuestro planeta.

Fuente: El Heraldo de México