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1 de agosto de 2025 a las 07:00
Influencers se unen: ¿Adiós al contenido?
Un terremoto mediático sacude Australia. La chispa: la creación de un sindicato de influencers, liderado por la controvertida Verónica B, quien ha encendido la polémica al exigir mayor respeto y reconocimiento para su profesión. ¿Su argumento principal? Sin ellos, el mundo se perdería en un mar de incertidumbre: ¿Dónde comer? ¿Cómo maquillarse? ¿Qué ponerse? Preguntas existenciales, al parecer, que solo los influencers pueden responder.
La saga comenzó en diciembre de 2024, en la glamurosa alfombra roja de los Sydney TikTok Awards, donde Verónica B, llegando en un Rolls Royce, declaró que ser influencer es "un trabajo duro". La frase, pronunciada con aparente naturalidad, desató una avalancha de críticas en redes sociales. Para muchos, la imagen de la influencer, rodeada de lujo y aparente frivolidad, contrastaba drásticamente con la realidad de la mayoría de los trabajadores. Pensar en contenido, editarlo, filmarlo y mantenerse relevante, las tareas que Verónica B enumeró como parte de su arduo trabajo, fueron recibidas con escepticismo e incluso burla.
Lejos de amilanarse ante la reacción negativa, Verónica B redobló la apuesta. En el AIIMS Creator Hub de Sydney, ante una audiencia expectante, anunció la formación de la "Unión de Influencers de Australia". Flanqueada por un séquito de creadores de contenido, la influencer no solo defendió su postura, sino que elevó el tono de sus demandas, amenazando con una huelga digital: un cese total de publicaciones hasta que se les otorgue el respeto y reconocimiento que, según ella, merecen. "Estoy harta de que nos traten como una broma", exclamó Verónica B, "¿Cómo sobreviviría este mundo sin nosotros?".
Sus palabras resonaron en otros creadores de contenido, quienes se sumaron al coro de reclamos. Jasmin Mitwali, por ejemplo, fue aún más lejos al comparar la dificultad de su trabajo con el de médicos y profesores, argumentando la presión constante de "mantenerse relevante". Dani Russell, con casi un millón de seguidores en TikTok, lanzó una pregunta provocadora a sus fans: ¿qué es más difícil, ser madre o ser creadora de contenido? La interrogante, formulada en un video que rápidamente se viralizó, alimentó aún más la controversia y polarizó las opiniones en redes sociales.
El debate está servido. Mientras algunos aplauden la iniciativa de Verónica B y defienden la legitimidad de su profesión, otros la critican duramente, acusándola de frivolidad y desconexión con la realidad. La #InfluencerStrike se ha convertido en trending topic, con miles de usuarios expresando sus opiniones, desde el apoyo incondicional hasta la más mordaz ironía. ¿Es realmente el trabajo de un influencer tan demandante como se afirma? ¿Merece el mismo reconocimiento que otras profesiones? ¿Qué impacto tendría una huelga digital en la sociedad actual? Las preguntas siguen abiertas, mientras la polémica continúa en crescendo. El futuro de la "Unión de Influencers de Australia" y el alcance de sus demandas aún están por verse, pero una cosa es segura: Verónica B y su cruzada por el reconocimiento han logrado sacudir el panorama digital y poner sobre la mesa un debate que, sin duda, seguirá dando que hablar.
Fuente: El Heraldo de México