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1 de agosto de 2025 a las 19:45

Exfuncionarios ligados al crimen organizado, detenidos en Puebla.

La sombra de la corrupción policial se cierne sobre Puebla tras una serie de detenciones que han sacudido los cimientos de la seguridad pública estatal. Cuatro expolicías, identificados como Ismael "F", Hugo "S", Diego "S" y José Manuel "L", han sido arrancados de las calles en un operativo conjunto sin precedentes, orquestado por un frente unido de las fuerzas del orden: Defensa Nacional, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Centro Nacional de Inteligencia, Secretaría de Marina, Fiscalía General de la República, Secretaría de Seguridad Pública estatal y la Fiscalía de Puebla. Meses de investigación meticulosa, seguimientos sigilosos y un análisis exhaustivo de información culminaron en este golpe contundente contra la infiltración del crimen organizado en las filas de la policía.

Estos ex agentes, que una vez juraron proteger y servir, se convirtieron en lacayos de la delincuencia, tejiendo una red de complicidades que permitía a los grupos criminales operar con impunidad. No sólo filtraban información sensible que comprometía las operaciones policiales, sino que también brindaban protección a los autores de homicidios y traficantes de drogas, obstaculizando las investigaciones y permitiendo que la violencia se propagara como una enfermedad en las calles de Puebla.

Las acusaciones que pesan sobre ellos son graves: se les vincula directamente con el asesinato de dos policías en marzo de este año, un crimen que conmocionó a la sociedad y puso en evidencia la vulnerabilidad de quienes dedican su vida a combatir el delito. Además, se les relaciona con una agresión armada ocurrida en febrero, otro episodio de violencia que contribuyó a la creciente inseguridad en la entidad.

El operativo que llevó a su captura se desplegó con precisión quirúrgica. Diversos domicilios en el municipio de Puebla fueron allanados simultáneamente, ejecutando las órdenes de aprehensión obtenidas gracias al trabajo incansable de los investigadores. Durante los registros se incautó un arma larga, un cargador y cartuchos, evidencia que fortalece las acusaciones en su contra.

Tras ser aprehendidos, los cuatro expolicías fueron informados de sus derechos y puestos a disposición del Ministerio Público, donde se determinará su situación legal y se continuará integrando la carpeta de investigación. El proceso judicial que se avecina promete ser complejo y revelador, arrojando luz sobre la profundidad de la corrupción y las ramificaciones del crimen organizado en la entidad.

Este golpe certero contra la impunidad es un mensaje claro: el Gabinete de Seguridad no tolerará la infiltración del crimen organizado en las instituciones y seguirá trabajando incansablemente para desmantelar las redes de corrupción que amenazan la paz y la seguridad de la población. La colaboración y coordinación entre las fuerzas federales y estatales se reafirma como la estrategia clave para combatir la delincuencia y llevar ante la justicia a quienes traicionan la confianza de la sociedad. La limpieza en las filas policiales es un paso fundamental para recuperar la confianza ciudadana y construir un futuro más seguro para todos los poblanos.

La pregunta que queda en el aire es: ¿cuántos otros "guardianes" corruptos se esconden aún en las sombras, esperando el momento oportuno para traicionar su juramento? La lucha contra la corrupción es una batalla continua, una carrera de resistencia que requiere la participación activa de toda la sociedad. La denuncia ciudadana es un arma poderosa, capaz de romper el silencio y exponer a quienes se ocultan bajo el manto de la autoridad.

El futuro de Puebla depende de la capacidad de sus instituciones para depurarse y recuperar la confianza de la ciudadanía. Este operativo es un paso en la dirección correcta, pero la lucha continúa.

Fuente: El Heraldo de México