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1 de agosto de 2025 a las 08:55

Estudiante mexicano lucha por su vida en Europa

La historia de Daniel Pintor, un joven moreliano de tan solo 20 años, nos conmueve y nos alerta sobre los riesgos imprevistos que pueden acechar incluso en los sueños más esperanzadores. Daniel, lleno de ilusiones, partió de México el 1 de julio rumbo a Praga, República Checa, para participar en un curso de inglés, una oportunidad brindada por el programa Becas de Movilidad Estudiantil 2025 del Instituto de Educación Media Superior y Superior del Estado de Michoacán. Imaginen la emoción de este joven, recién egresado de la preparatoria, al embarcarse en esta aventura que prometía enriquecer su formación académica y personal. Un futuro brillante se abría ante él.

Sin embargo, este sueño se transformó en una pesadilla. Lo que debía ser una estancia de un mes, culminando el 31 de julio, se convirtió en una lucha contra una enfermedad inesperada y devastadora. A los pocos días de su llegada, Daniel comenzó a experimentar síntomas alarmantes: fiebre, debilidad, vómitos y diarreas. A pesar de las visitas al hospital, su estado de salud empeoró drásticamente, hasta que el día 20 de julio requirió intubación de emergencia debido a un shock séptico. El diagnóstico, finalmente, fue aterrador: meningitis y sepsis meningocócica provocadas por la bacteria meningococo.

El testimonio de Jessica Caballero, tía de Daniel, nos revela la angustia y desesperación de la familia. La bacteria, detectada tardíamente, se propagó rápidamente por los órganos y extremidades de Daniel, llevando a la amputación de una de sus piernas el pasado fin de semana. Un golpe devastador para un joven en la flor de la vida. A la tragedia médica se suma la carga económica. Si bien el seguro médico inicial cubrió los primeros gastos, los 100 mil dólares de la póliza se agotaron rápidamente, y precisamente este 31 de julio, día en que Daniel debía regresar a casa, la póliza venció. El joven permanece en terapia intensiva, luchando por su vida, mientras los gastos médicos se acumulan sin cesar.

La situación se complica aún más con la llegada de los padres de Daniel a Praga, quienes necesitan alojamiento y sustento mientras acompañan a su hijo en esta difícil batalla. Ante este panorama desolador, la familia exige respuestas a las autoridades migratorias checas. Argumentan que no se les informó sobre el riesgo de contraer esta bacteria, que, al parecer, ha afectado a otros visitantes. Jessica Caballero plantea una pregunta crucial: ¿es justo que un ciudadano que ingresa legalmente a un país, y que contrae una enfermedad presente en dicho territorio, tenga que asumir la totalidad de los gastos médicos?

La familia se siente abandonada, a pesar de haber contactado a la Secretaría del Migrante, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Salud de Michoacán, la ayuda aún no llega. La incertidumbre sobre cómo cubrir los gastos hospitalarios, que ascienden a cifras exorbitantes –un depósito inicial de 500 mil pesos y entre 80 mil y 100 mil pesos diarios por la terapia intensiva–, los abruma. El caso de Daniel Pintor nos llama a la reflexión sobre la importancia de la información y la prevención en materia de salud para quienes viajan al extranjero, y nos interpela sobre la responsabilidad de las autoridades en la protección de la salud de sus visitantes. La solidaridad y el apoyo son fundamentales para que Daniel y su familia puedan superar esta prueba tan difícil.

Fuente: El Heraldo de México