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1 de agosto de 2025 a las 09:15

Despierta tu animal político

La esencia misma del ser humano, su naturaleza intrínsecamente social y política, ha sido objeto de reflexión desde los albores de la filosofía. Aristóteles, en su monumental obra "La Política", ya nos advertía sobre la inherente sociabilidad del hombre, incluso por encima de otras especies gregarias. No se trata simplemente de una congregación instintiva, sino de una predisposición a la interacción, a la construcción colectiva a través del lenguaje, una herramienta que nos permite discernir entre lo justo y lo injusto, lo conveniente y lo perjudicial. Este "zoon politikon", este animal político, se define por la influencia recíproca entre sus acciones, sus palabras y la vida en comunidad.

Ahora bien, ¿cuál es el proceso que subyace a esta interrelación? Pensadores contemporáneos como Noam Chomsky han profundizado en la singularidad del lenguaje humano, no solo como un sistema de comunicación, sino como una facultad que nos permite conectar ideas y sonidos de manera prácticamente ilimitada, una "capacidad infinita de asociar", como la describía Darwin. Este lenguaje, cargado de intencionalidad social, se convierte en el motor de la construcción de la realidad compartida. Jürgen Habermas, por su parte, añade otra capa a esta comprensión al destacar que la racionalidad no reside tanto en la mera adquisición de conocimiento, sino en el uso que hacemos de él, en cómo lo empleamos en la interacción comunicativa.

En este contexto, la participación ciudadana activa y comprometida, orientada hacia el bien común y la dignidad humana, exige un redescubrimiento del "zoon politikon", una revitalización de nuestra capacidad para dialogar, deliberar y construir colectivamente. Pero, ¿cómo se traduce esta aspiración en acciones concretas? ¿Cómo la Cuarta Transformación (4T) pretende materializar este ideal?

Un ejemplo palpable lo encontramos en la reciente actualización del Programa de Bachillerato General. La introducción de un marco curricular común, con materias similares para todos los estudiantes de escuelas públicas, busca precisamente fomentar una base compartida de conocimientos y valores. La posibilidad de obtener un Certificado de Formación Profesional, además del Certificado de Terminación de Estudios, permite reconocer y valorar las distintas trayectorias formativas, incentivando la especialización sin perder de vista la formación integral.

En palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum, esta transformación del bachillerato no se limita a la adquisición de habilidades técnicas, sino que busca un desarrollo humanístico, cultural y artístico. Se busca formar jóvenes conscientes de su entorno social, capaces de aspirar a la superación personal sin caer en el individualismo, reconociendo que el progreso individual no puede construirse a costa del bienestar colectivo.

La 4T se propone romper con la visión instrumentalista del ser humano, donde las personas son vistas como meros engranajes en la maquinaria de la producción capitalista. La política, entendida como el uso intencional del lenguaje, debe estar al servicio del bien común. El redescubrimiento del "zoon politikon" en las nuevas generaciones implica una formación que promueva la reflexión crítica, la comprensión de la interdependencia social y la orientación de los saberes hacia la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Este es el desafío, y la promesa, de la nueva educación.

Fuente: El Heraldo de México