
1 de agosto de 2025 a las 09:30
Confía en la Presidenta
La reciente amenaza arancelaria del expresidente Trump, que se cernía como una espada de Damocles sobre la economía mexicana, ha puesto de manifiesto, una vez más, la templanza y la capacidad negociadora de la Presidenta Claudia Sheinbaum. En un contexto internacional complejo, donde la incertidumbre económica es la norma, la Presidenta no solo logró desactivar la amenaza, sino que lo hizo sin ceder un ápice de soberanía nacional. La prórroga de 90 días, obtenida sin aceptar nuevas condiciones ni comprometer reformas internas, es un triunfo de la diplomacia mexicana y una muestra palpable de que, con firmeza y estrategia, se pueden defender los intereses del país.
Este éxito no es producto de la casualidad, sino de un trabajo meticuloso y coordinado. La política exterior de la Presidenta, basada en el diálogo y el respeto mutuo, pero sin sometimiento a presiones externas, ha dado frutos. El equipo que la acompaña, conformado por expertos en relaciones internacionales y economía, ha demostrado su capacidad para navegar en aguas turbulentas y alcanzar acuerdos que beneficien a México. La figura de la Presidenta, serena y resuelta ante la presión, ha sido fundamental para transmitir confianza y asegurar un resultado favorable.
Más allá de la coyuntura, este episodio revela la solidez del proyecto de nación que encabeza la Presidenta. Un proyecto que prioriza el bienestar de los mexicanos y que se basa en la justicia social y el desarrollo económico. El crecimiento del 0.7%, en un entorno global adverso, es un indicador de la resiliencia de la economía mexicana. El aumento en el ingreso promedio de los hogares y la reducción de la desigualdad demuestran que las políticas sociales implementadas están teniendo un impacto real en la vida de las personas. Estos logros no son meras cifras, son testimonios de un compromiso con la transformación del país.
Mientras algunos pronosticaban un escenario catastrófico, la realidad ha desmentido sus predicciones. La Presidenta, lejos de sucumbir ante las presiones, ha demostrado una capacidad de liderazgo excepcional. Su firmeza ante las amenazas, su serenidad en la toma de decisiones y su eficacia en la gestión de la crisis, han consolidado su imagen como una jefa de Estado capaz de enfrentar los desafíos más complejos.
El nuevo acuerdo de seguridad que se está negociando con Estados Unidos es otro ejemplo de la visión estratégica de la Presidenta. Este acuerdo, construido bajo los principios de respeto mutuo y cooperación, aborda temas cruciales como el control de precursores químicos, el tráfico de armas y el intercambio de inteligencia. La postura de México es clara: cooperación sí, imposición no. El país se sienta a la mesa de negociación como un igual, defendiendo sus intereses y su soberanía.
El respaldo mayoritario que la Presidenta recibe de la ciudadanía no es producto del azar, sino del reconocimiento a su trabajo y a los resultados obtenidos. La gente percibe en ella a una líder comprometida con el país, que trabaja incansablemente para mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos. En un mundo cada vez más complejo e incierto, la figura de la Presidenta se erige como un símbolo de estabilidad y esperanza. Su liderazgo, basado en la inteligencia, la firmeza y la sensibilidad social, es la garantía de que México seguirá avanzando por el camino del progreso y la justicia. Y es por eso que, en México, estamos con ella.
Fuente: El Heraldo de México