
1 de agosto de 2025 a las 09:40
Cargadores Triunfan en Pretemporada
La chispa de la NFL se encendió de nuevo bajo el cielo de Canton, Ohio, con el clásico preámbulo de la temporada: el Juego del Salón de la Fama. Los Chargers de Los Ángeles, con la energía renovada que caracteriza estos inicios, dominaron el encuentro de principio a fin, aplastando a los Lions de Detroit con un contundente 34-7. Más allá del marcador, el partido vibró con la resonancia de la historia, sirviendo de escenario para la bienvenida a los nuevos inmortales del fútbol americano: Jared Allen, Antonio Gates, Sterling Sharpe y Eric Allen. Un cuarteto legendario que mañana verá su nombre grabado para siempre en el bronce del Salón de la Fama, un merecido homenaje a sus brillantes carreras.
Pero la noche también fue de nuevos comienzos y de la promesa de lo que está por venir. Los Chargers, con el talento innegable de Justin Herbert, parecen haber encontrado finalmente la fórmula del éxito bajo la dirección de Jim Harbaugh. Recordemos que la temporada pasada, Harbaugh tomó las riendas de un equipo que venía de una campaña decepcionante, logrando una transformación notable. Los llevó a un récord de 11-6 y al anhelado regreso a la postemporada, inyectando una nueva dinámica y una mentalidad ganadora.
Anoche, esa evolución se hizo palpable. Trey Lance, el mariscal de campo recién llegado de los Cowboys de Dallas, se erigió como la figura del encuentro. Con una actuación sólida, demostró por qué los Chargers confiaron en él para competir por el puesto de segundo quarterback. Lance comandó la ofensiva con precisión, lanzando para 120 yardas, completando 13 de 20 pases y dos touchdowns, todo esto antes de ceder su lugar en el tercer cuarto. Su desempeño sin duda pone presión sobre Taylor Heinicke en la lucha por la posición de respaldo a Herbert.
La victoria de los Chargers fue una obra coral. Kimani Vidal, con una anotación de dos yardas, contribuyó al festival ofensivo que desató el equipo angelino. Desde el primer momento, impusieron su ritmo y controlaron el partido, dejando a los Lions sin respuesta.
Por otro lado, la noche fue amarga para los Lions de Detroit. A pesar de llegar con las altas expectativas generadas por su impresionante récord de 15-2 en la NFC la temporada pasada, el equipo no logró encontrar su ritmo. Kyle Allen, el mariscal de campo de Detroit, tuvo una actuación para el olvido. Sus 91 yardas, sin touchdowns y con dos intercepciones, una de ellas devuelta 60 yardas por Kikko Reed para preparar la segunda anotación de los Chargers, pintaron un cuadro sombrío para las aspiraciones del equipo.
El camino a la gloria es largo y la pretemporada apenas comienza. Sin embargo, la contundente victoria de los Chargers envía un mensaje claro: están listos para competir y aspirar a lo más alto. Los Lions, por su parte, tienen trabajo por delante para ajustar su estrategia y recuperar la confianza. El Juego del Salón de la Fama nos brindó un emocionante espectáculo y dejó la mesa servida para una temporada llena de emociones y rivalidades.
Fuente: El Heraldo de México