La sombra de la violencia continúa extendiéndose sobre Acapulco. En un lapso menor a doce horas, siete vidas fueron arrebatadas en distintos puntos del puerto, dejando una estela de terror e incertidumbre entre sus habitantes. La brutalidad de los hechos, marcada por la presencia de cuerpos decapitados y abandonados en taxis, evidencia la creciente ola de inseguridad que azota la ciudad.

Ciudad Renacimiento, uno de los escenarios de esta tragedia, fue testigo del primer homicidio cerca de la medianoche. Un hombre, atado de pies y manos, fue arrojado sin vida desde un vehículo en la calle Ejido Las Pozas, su cuerpo brutalmente decapitado. La imagen, escalofriante, es un crudo reflejo de la violencia que se vive a diario en algunas zonas del puerto. Este acto, lejos de ser un incidente aislado, forma parte de una secuencia de eventos violentos que se han registrado en las últimas horas.

La madrugada trajo consigo más violencia. En el complejo habitacional Costa Dorada, en el edificio F-13 de Casas Homex, un mecánico de motos identificado como José Brayan fue asesinado a balazos dentro de su propio domicilio. La irrupción de sujetos armados, la detonación de las armas y la vida segada abruptamente, pintan un panorama desolador para quienes residen en la zona. ¿Hasta dónde llegará la violencia? ¿Quién será el próximo? Estas son las preguntas que seguramente resuenan en la mente de los acapulqueños.

Con la llegada del día, la violencia no cesó. A las 8:50 horas, en la carretera El Salto-Las Plazuelas, a la altura de la parada de El Jovero, se encontró el cuerpo de un hombre con un torniquete en el cuello, cubierto con una lona y con pies y manos atadas. La escena, ya tristemente familiar en Acapulco, habla de la impunidad con la que operan los grupos criminales.

Poco después, a las 9:35 horas, entre las calles Juan de las Flores y la avenida Lázaro Cárdenas, dos cuerpos sin vida, cubiertos con una sábana, fueron hallados dentro de un taxi del servicio público. La utilización de vehículos de transporte público para abandonar cuerpos se ha convertido en una práctica recurrente, sembrando el pánico entre los ciudadanos y choferes que temen convertirse en las próximas víctimas.

Al mediodía, la macabra escena se repitió. En Ciudad Renacimiento, entre las calles Paseo de la Sabana y Cuauhtémoc, cerca de la secundaria número 9, otro taxi del servicio público fue encontrado abandonado con dos hombres decapitados en su interior. La brutalidad del acto, la repetición del modus operandi, genera una profunda consternación y exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades.

Con estos últimos crímenes, la cifra de homicidios dolosos en Acapulco asciende a 35 en lo que va del mes de julio. Entre las víctimas se encuentran tres policías municipales en activo, lo que pone en evidencia la vulnerabilidad incluso de quienes están encargados de la seguridad. La situación es alarmante y la sociedad clama por acciones concretas que frenen esta espiral de violencia que amenaza con sumir al puerto en un estado de terror permanente. ¿Qué medidas se tomarán para garantizar la seguridad de los ciudadanos? ¿Cómo se puede recuperar la paz en un lugar que alguna vez fue sinónimo de alegría y descanso? Estas son las preguntas que exigen respuestas urgentes.