
31 de julio de 2025 a las 11:10
Zonas de tolerancia bajo la lupa
Monterrey se prepara para recibir al mundo en 2026, y con la Copa del Mundo a la vuelta de la esquina, surgen preguntas e inquietudes sobre cómo la ciudad se adaptará a la llegada masiva de aficionados. Una de las cuestiones más debatidas recientemente ha sido la posibilidad de permitir el consumo de alcohol en la vía pública durante el evento. El alcalde Adrián de la Garza ha aclarado la situación, desmintiendo rumores y explicando las medidas que se están considerando. Lejos de una permisividad generalizada, la propuesta se centra en establecer "zonas de tolerancia" en áreas específicas cercanas a los eventos, y siempre bajo un estricto control y moderación.
Imaginen la escena: miles de aficionados emocionados saliendo del estadio, con la adrenalina a flor de piel tras un partido vibrante. Muchos de ellos, con una bebida en la mano, se dirigen a sus hoteles o a disfrutar de la vida nocturna de la ciudad. La idea, según De la Garza, es facilitar esta transición y evitar que la simple posesión de una bebida se convierta en una infracción. Se busca, en definitiva, un equilibrio entre la celebración y el orden, la flexibilidad y la seguridad.
Sin embargo, esta medida no es una decisión unilateral. Se requiere un consenso entre los municipios del área metropolitana, un trabajo conjunto para establecer las reglas del juego y garantizar que la experiencia sea positiva para todos. El gobierno del estado también juega un papel crucial en esta ecuación, aportando su visión y recursos para que la fiesta del fútbol sea un éxito rotundo. La colaboración entre las distintas instancias gubernamentales es clave para asegurar una gestión eficiente y coordinada.
Mientras tanto, en Guadalupe, la maquinaria también está en marcha. El alcalde Héctor García ha delineado un ambicioso plan de mejoras en infraestructura y seguridad, con la pavimentación de calles y la adquisición de nuevos equipos. Pero más allá de lo material, se está apostando por el capital humano. Un ejército de voluntarios, más de dos mil jóvenes, se preparan para recibir a los visitantes con los brazos abiertos.
Estos jóvenes, embajadores de la hospitalidad regiomontana, recibirán capacitación en inglés y contarán con apoyo de traductores para romper las barreras del idioma. Su misión será guiar a los aficionados, orientarlos en la ciudad, y asegurarse de que se sientan como en casa. Desde la llegada al municipio hasta el ingreso al estadio, los voluntarios estarán presentes para facilitar la experiencia y resolver cualquier duda.
La convocatoria para formar parte de este equipo ya está abierta. El único requisito: una actitud amable y proactiva. Se busca gente dispuesta a contribuir al éxito del evento, a compartir la pasión por el fútbol y a mostrar al mundo la mejor cara de Nuevo León. Incluso, se ha planteado la posibilidad de una remuneración para estos voluntarios, un reconocimiento a su invaluable aportación.
En definitiva, Monterrey y su área metropolitana se preparan a conciencia para la gran cita de 2026. Con una combinación de planificación estratégica, inversión en infraestructura y, sobre todo, la calidez y el entusiasmo de su gente, la ciudad se perfila como una sede excepcional para la Copa del Mundo. Un evento que, sin duda, dejará una huella imborrable en la historia de la región.
Fuente: El Heraldo de México