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31 de julio de 2025 a las 15:40

Pitbull ataca niños en parada de autobús

La escalofriante escena captada por las cámaras de seguridad, donde un perro ataca a dos pequeñas niñas mientras esperaban el autobús escolar junto a sus madres, ha reavivado la polémica en torno a la raza pitbull y la responsabilidad de sus dueños. Las imágenes, que rápidamente se viralizaron en redes sociales, muestran la brutalidad del ataque y la desesperación de las madres por proteger a sus hijas. El video, un crudo testimonio de la violencia del incidente, muestra cómo el perro, de pelaje blanco con manchas negras, se abalanza sobre una de las niñas, clavando sus colmillos y negándose a soltarla. La otra pequeña, aterrorizada, busca refugio junto a su madre, quien lucha por alejar al animal. La escena es caótica: gritos, llantos y la desesperada lucha de las madres y otros adultos que acuden al rescate, intentando, con todas sus fuerzas, separar al perro de su presa.

Este lamentable suceso, ocurrido el pasado 30 de julio, nos obliga a reflexionar sobre la tenencia responsable de mascotas, especialmente de aquellas razas consideradas potencialmente peligrosas. Más allá de la raza, la educación y socialización del animal son fundamentales para prevenir este tipo de tragedias. Un perro, independientemente de su raza, puede desarrollar comportamientos agresivos debido a diversos factores, como la falta de socialización, el maltrato, el miedo o incluso una mala interpretación de las señales del entorno.

El Hospital de Escuela de Animales Pequeños, ante la creciente preocupación por este tipo de incidentes, ha emitido una serie de recomendaciones para entender y prevenir la agresividad en los perros. Entre las causas principales, destacan la genética, aunque no determinante, puede predisponer a ciertas razas a una mayor reactividad. La socialización temprana es crucial, ya que un perro no expuesto a diferentes estímulos durante su etapa de cachorro puede desarrollar miedos e inseguridades que se traduzcan en agresividad.

El adiestramiento adecuado, basado en el refuerzo positivo, es fundamental para establecer una comunicación clara y efectiva con el animal, enseñándole las normas básicas de convivencia y controlándolo en situaciones de estrés. El maltrato, por otro lado, genera miedo y resentimiento, convirtiéndose en un detonante de agresividad. Un perro maltratado puede reaccionar violentamente como mecanismo de defensa. Incluso, factores ambientales, como el estrés por ruidos fuertes, la presencia de otros animales o la falta de espacio, pueden influir en el comportamiento del animal.

Finalmente, es crucial recordar que la responsabilidad de un perro recae enteramente en su dueño. Es nuestra obligación garantizar su bienestar, educarlo adecuadamente y tomar las medidas necesarias para evitar que se convierta en un peligro para la sociedad. Este incidente, que ha conmocionado a la comunidad, debe servir como un llamado a la reflexión y a la acción para promover la tenencia responsable y prevenir futuras tragedias. La educación, la prevención y el compromiso de los dueños son las claves para construir una convivencia armoniosa entre humanos y animales. No podemos permitir que el miedo y la desinformación generen prejuicios hacia determinadas razas, sino trabajar en conjunto para crear un entorno seguro para todos.

Fuente: El Heraldo de México