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31 de julio de 2025 a las 12:30

La angustia de una familia separada

La angustia carcome a la familia Sánchez Diego en el pequeño municipio de Tejupilco, Estado de México. Hace año y medio, Fernando, un joven ingeniero de 30 años, partió hacia Luisiana, Estados Unidos, con la esperanza de un futuro mejor. Un futuro que le permitiera construir, no solo los edificios que levantaba con sus propias manos en jornadas extenuantes de hasta 24 horas, sino también la casa que soñaba tener en su tierra natal. Hoy, ese sueño se ha convertido en una pesadilla.

Fernando, egresado de ingeniería hace cinco años, no encontró oportunidades laborales en México. La falta de opciones lo empujó a cruzar la frontera, a enfrentarse a los riesgos de la migración irregular, a las redadas que, según su madre, Sofía Diego, eran una constante amenaza. A pesar del peligro, Fernando perseveró, impulsado por la necesidad y el deseo de un porvenir más próspero. Trabajaba incansablemente en la construcción, dos veces por semana, enviando lo que podía a su familia, manteniendo viva la llama de la esperanza.

Esa llama, sin embargo, parpadea débilmente ahora. Hace dos meses, Fernando fue detenido. Desde entonces, el silencio y la incertidumbre se han apoderado de la vida de sus padres. Las llamadas al Consulado se convierten en un eco de la misma respuesta: "Sigue detenido". Una frase corta, fría, que no alivia la angustia, que no ofrece respuestas, que no trae a Fernando de vuelta.

Sofía, con la voz quebrada por la preocupación y la impotencia, clama por la intervención del gobierno federal. Su deseo, expresado con la sencillez de una madre desesperada, es conmovedor: "Yo quiero mandarle una carta a la Presidenta que haga un llamado para allá que por favor lo saquen, que lo manden para acá si no lo quieren allá, pero que no lo tengan detenido". Un grito silencioso que resuena en la quietud de Tejupilco, un llamado a la humanidad, a la compasión, a la justicia.

La situación se torna aún más dolorosa al conocer que Fernando no estaba solo. Otro joven de Tejupilco, compañero de trabajo, fue detenido junto a él. Sin embargo, este último ya fue liberado y ha regresado a casa, incrementando la incertidumbre y el miedo en la familia Sánchez Diego. ¿Por qué Fernando sigue detenido? ¿Qué ha sucedido? Las preguntas se acumulan, sin encontrar respuesta.

Ambrosio Sánchez Lujano, padre de Fernando, recuerda con tristeza cómo ayudó a su hijo a reunir el dinero para el viaje. Un viaje que se suponía sería el camino hacia una vida mejor, pero que se ha transformado en un angustioso cautiverio. La inversión, fruto del esfuerzo y el sacrificio, ahora se siente como una pesada carga en su conciencia.

La historia de Fernando Sánchez Diego es un reflejo de la realidad que viven miles de migrantes. Un testimonio de la lucha por la supervivencia, de la esperanza que se enfrenta a la adversidad, de la angustia de las familias que esperan el regreso de sus seres queridos. Una historia que nos interpela, que nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de construir un mundo más justo y solidario, donde la búsqueda de un futuro mejor no implique el riesgo de perder la libertad, la dignidad y, en algunos casos, la vida misma. La familia Sánchez Diego, desde Tejupilco, Estado de México, sigue esperando, con la esperanza puesta en la solidaridad y la intervención de las autoridades.

Fuente: El Heraldo de México