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31 de julio de 2025 a las 23:45

Ingeniero culpable: el macabro secreto en la maleta.

Un escalofriante crimen ha conmocionado a la tranquila parroquia de Alangasí, en Quito, Ecuador. La aparente serenidad de este rincón andino se vio quebrantada por un acto de violencia inimaginable: un hijo que arrebató la vida a su propia madre. Jean Pierre Pazos Puente, un joven ingeniero de 29 años, fue sentenciado a 40 años de prisión, una de las penas más altas contempladas en el sistema judicial ecuatoriano, por el asesinato de su madre de 53 años.

El Tribunal de Garantías Penales de Pichincha, tras un exhaustivo análisis de las pruebas presentadas por la Fiscalía, dictó la sentencia el miércoles 30 de julio, dejando al descubierto la crueldad de un crimen que ha dejado perpleja a la comunidad. El fatídico evento tuvo lugar el 2 de septiembre de 2024, tras una discusión que, según reportes de medios locales, se originó por una petición aparentemente trivial: la madre le pidió a su hijo que hiciera su cama. Lo que comenzó como una discrepancia doméstica escaló a niveles inimaginables de violencia.

La reconstrucción de los hechos, a partir de las evidencias recolectadas, pinta un panorama desolador. Tras la discusión, Jean Pierre estranguló a su madre con una correa. En un intento por ocultar su atroz acto, adquirió una maleta en un centro comercial de Sangolquí, donde introdujo el cuerpo sin vida de su progenitora. Posteriormente, abandonó la maleta en una zanja a escasas dos cuadras de su domicilio, se cambió de ropa y, con una frialdad que estremece, simuló la desaparición de su madre.

La farsa, sin embargo, no duraría mucho. El 4 de septiembre, una mujer descubrió el cuerpo. Ese mismo día, Jean Pierre se presentó ante las autoridades para reportar la desaparición de su madre, en un intento desesperado por desviar las sospechas. Pero las cámaras de seguridad de la zona registraron sus movimientos, y sus huellas dactilares fueron encontradas en la maleta, convirtiéndose en pruebas irrefutables de su culpabilidad.

Durante el juicio, la defensa argumentó que Jean Pierre había sido víctima de maltrato por parte de su madre. Sin embargo, las investigaciones no encontraron evidencia que sustentara esta afirmación. Por el contrario, las pruebas apuntaron a un acto de violencia premeditada, lo que llevó al Tribunal a aplicar el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal, resultando en la imposición de la máxima pena.

Además de la sentencia de 40 años, los jueces ordenaron a Pazos Puente el pago de 20.000 dólares como reparación integral a los herederos de la víctima. Este caso, que ha conmocionado a la sociedad ecuatoriana, nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de buscar ayuda profesional ante situaciones de conflicto familiar. La tragedia de Alangasí deja una profunda herida en la comunidad y sirve como un sombrío recordatorio de las devastadoras consecuencias que puede tener la violencia intrafamiliar. La pregunta que queda resonando es: ¿cómo pudo una simple petición desencadenar un acto tan atroz? La respuesta, sin duda, se encuentra en las complejas profundidades de la mente humana y en la urgente necesidad de promover la resolución pacífica de conflictos en el seno familiar.

Fuente: El Heraldo de México