
31 de julio de 2025 a las 12:20
Horror en el jardín: plátanos ocultan doble crimen
La tranquilidad de la aldea de Sarapankha Nuagaon, en el distrito de Mayurbhanj, Odisha, se ha visto brutalmente interrumpida por un horrendo crimen que ha dejado a la comunidad conmocionada. Debashis Patra, un farmacéutico de 40 años, ha confesado el asesinato de su esposa, Sonali Dalai, de tan solo 23 años, y de su suegra, Somanti Dalai. El pasado 19 de julio, la aparente calma del hogar de Patra se transformó en el escenario de una tragedia familiar. Un conflicto, originado según las primeras investigaciones en problemas familiares de larga data, culminó en el brutal asesinato de ambas mujeres. La policía ha revelado que Patra utilizó una piedra de gran tamaño para acabar con la vida de su esposa y su suegra mientras dormían, un acto de violencia inimaginable que ha dejado a la comunidad perpleja.
Lo que siguió al crimen es un macabro intento de encubrimiento que ha añadido una capa aún más perturbadora al caso. Patra esperó pacientemente la llegada de la noche y, amparado por la oscuridad y la lluvia torrencial, movió los cuerpos sin ser visto. Eligió como lugar de sepultura un huerto de limones en su patio trasero, un espacio que, irónicamente, debería haber sido símbolo de vida y crecimiento. Con una frialdad escalofriante, plantó plataneros sobre las fosas improvisadas, en un vano intento de disimular su atrocidad y hacerla pasar como parte del paisaje cotidiano.
Tras el doble asesinato, la actuación de Patra fue aún más desconcertante. Continuó con su vida como si nada hubiera ocurrido, permaneciendo en la casa con su hijo pequeño, ajeno aparentemente al horror que había perpetrado. Incluso llegó a denunciar la desaparición de su esposa y suegra ante la policía, alegando que habían abandonado el pueblo y lo habían dejado solo con el niño. Una versión inverosímil que no convenció a muchos, especialmente a algunos vecinos que habían notado movimientos sospechosos en la propiedad de Patra.
Con el paso de los días, las sospechas de la comunidad crecieron. La tierra removida en el huerto y la repentina aparición de los plataneros en un área previamente vacía despertaron las alarmas. La inquietud de los vecinos los llevó a alertar a las autoridades, quienes acudieron a la vivienda para inspeccionar el lugar. Bajo el escrutinio policial, la elaborada fachada de Patra comenzó a desmoronarse.
Finalmente, durante el interrogatorio, Patra confesó su crimen. Fue él mismo quien condujo a los agentes hasta el lugar donde había enterrado los cuerpos de su esposa y suegra. Los restos, en avanzado estado de descomposición, fueron exhumados por el equipo forense y trasladados para la realización de las autopsias correspondientes.
A pesar de la confesión, la investigación continúa. La policía trabaja para reconstruir con exactitud los eventos de aquella fatídica noche y determinar el detonante final que desencadenó la violencia. Se investiga también si Patra actuó solo o si contó con la ayuda de alguien para enterrar los cuerpos. Por el momento, todo apunta a que fue él quien planeó y ejecutó el macabro encubrimiento.
Este caso ha conmocionado profundamente a la comunidad de Sarapankha Nuagaon, no solo por la brutalidad del crimen, sino también por la frialdad con la que el acusado intentó ocultarlo. Debashis Patra se encuentra bajo custodia, enfrentando cargos por doble asesinato y por ocultación de cadáveres. La justicia deberá determinar el alcance de su responsabilidad en este terrible suceso que ha dejado una profunda herida en el corazón de la comunidad. Mientras tanto, la aldea de Sarapankha Nuagaon intenta comprender cómo la tragedia se ha instalado en su seno, dejando tras de sí un rastro de dolor, incredulidad y un profundo cuestionamiento sobre la naturaleza humana. La sombra de este crimen se proyectará por largo tiempo sobre esta tranquila comunidad, un recordatorio constante de la fragilidad de la vida y la oscuridad que puede acechar en los lugares más inesperados.
Fuente: El Heraldo de México