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31 de julio de 2025 a las 09:05
Fotoperiodismo imperdible en el Franz Mayer
En un mundo cada vez más fragmentado, las imágenes se alzan como puentes que conectan realidades dispares. La reciente exhibición de World Press Photo en el Museo Franz Mayer nos recuerda el poder visceral del fotoperiodismo, su capacidad para trascender las barreras lingüísticas y culturales, y para interpelarnos directamente, exigiendo una respuesta. No se trata solo de observar, sino de comprender, de sentir la resonancia de historias que, aunque lejanas geográficamente, nos tocan en lo más profundo.
Desde la desgarradora imagen de Mahmoud Ajjur, un niño palestino de nueve años herido en Gaza, capturada por la lente de Samar Abu Elouf, hasta las mariposas monarca en su épico viaje migratorio, cada fotografía en la exposición es un testimonio de la resistencia humana, de la lucha por la supervivencia en un planeta asediado por la crisis climática, los conflictos armados y la desigualdad.
El reconocimiento a Abu Elouf, la primera mujer palestina en ganar el prestigioso premio, no solo celebra su talento excepcional, sino que también subraya la importancia de la representación femenina en un campo tradicionalmente dominado por hombres. Su mirada, sensible y a la vez firme, nos permite acceder a la crudeza de la guerra desde una perspectiva íntima, humanizando el sufrimiento y desafiando la indiferencia. La decisión de no utilizar la imagen del pequeño Mahmoud en la promoción del evento habla de una ética profunda, del respeto por la vulnerabilidad de las víctimas y de la necesidad de proteger su dignidad.
La irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito de la creación de imágenes plantea interrogantes cruciales para el futuro del fotoperiodismo. ¿Cómo garantizar la autenticidad en un mundo donde la manipulación digital es cada vez más sofisticada? La directora de exposiciones de World Press Photo, Babette Warendorf, enfatiza la importancia de la verificación forense y la educación continua para asegurar que la verdad visual prevalezca sobre la falsificación. El reto, ahora, no es solo lo que se ve, sino cómo se hizo. La ética del fotoperiodismo se redefine en este nuevo escenario tecnológico, exigiendo una mayor transparencia y rigor en los procesos de producción y selección de imágenes.
La ausencia de fotógrafos mexicanos entre los ganadores de este año no debe interpretarse como una falta de talento, sino como una coyuntura específica. La presencia de imágenes tomadas en la frontera México-Estados Unidos, documentando el tránsito de migrantes chinos, nos recuerda la complejidad de las dinámicas migratorias en un mundo globalizado. La sequía en el Amazonas, retratada por el fotógrafo peruano-mexicano Musuk Nolte, pone de manifiesto la interconexión de los problemas ambientales y la necesidad de una acción colectiva para proteger nuestro planeta.
La nueva estructura del concurso, organizada por regiones con jurados locales, promueve una mayor diversidad y representatividad en la selección de las imágenes. El aumento en el número de proyectos premiados y la mayor participación de fotógrafos trabajando en sus propios países son señales alentadoras que reflejan la vitalidad del fotoperiodismo a nivel global.
Finalmente, la exposición retrospectiva que conmemora el 70 aniversario de World Press Photo, curada por Cristina de Middel, promete una mirada crítica a la historia del certamen, explorando cómo se han representado los grandes temas de la humanidad a través de la lente fotográfica. Se trata de una oportunidad única para reflexionar sobre el poder de las imágenes, su capacidad para construir narrativas y para influir en nuestra percepción del mundo. Un mundo que, a pesar de sus contradicciones y desafíos, sigue encontrando en la fotografía un espejo donde mirarse, un testimonio de su propia complejidad y un llamado a la acción.
Fuente: El Heraldo de México