
30 de julio de 2025 a las 07:05
Tragedia en Tuxpan: Asesinan a padre en hospital
La sombra de la violencia se cierne nuevamente sobre el gremio taxista de Veracruz, dejando una estela de dolor e indignación. Dos eventos trágicos, ocurridos en menos de 24 horas, han conmocionado a la población y puesto en evidencia la vulnerabilidad de quienes se dedican a este oficio. La impunidad y la audacia de los criminales han alcanzado niveles alarmantes, penetrando incluso en la supuesta seguridad de un hospital.
Primero, el secuestro y asesinato de Irma Hernández, una profesora jubilada de 62 años que complementaba su pensión conduciendo un taxi. Imaginen la vida de esta mujer, dedicada a la educación durante décadas, buscando una forma digna de mantenerse activa y contribuir a la sociedad. Su trágico final, presuntamente por negarse a pagar el “derecho de piso”, nos interpela como sociedad. ¿Hasta qué punto hemos normalizado la extorsión y la violencia que ahoga a nuestros emprendedores y trabajadores? ¿Qué futuro nos espera si la delincuencia decide quién puede trabajar y quién no? El caso de Irma no es un hecho aislado, es un reflejo de la precariedad y el miedo que viven miles de taxistas en Veracruz.
Y como si la noticia del asesinato de Irma no fuera suficiente, la violencia escaló a un nuevo nivel de crueldad. Un hombre, acompañando a su hijo taxista en recuperación tras una agresión, fue ejecutado a sangre fría dentro del Hospital IMSS-Bienestar de Tuxpan. Imaginen la escena: un padre velando por su hijo herido, buscando consolarlo y darle fuerza, y de pronto, la irrupción de la muerte en un lugar destinado a sanar. Este acto no solo es un crimen, es una profanación, una muestra de la total falta de respeto por la vida humana y por las instituciones que deberían protegernos.
El hijo, ya víctima de un ataque previo el 28 de julio, ahora debe enfrentar la pérdida de su padre en circunstancias tan traumáticas. La colonia Colosio, donde fue abandonado su taxi tras la primera agresión, se convierte en un símbolo de la inseguridad que acecha en cada esquina. ¿Cuántos taxistas más tendrán que vivir con el temor constante de ser atacados, no solo en las calles, sino también en los hospitales donde buscan refugio y atención médica?
Las autoridades han iniciado una investigación, una frase que se repite con cada nuevo acto de violencia, pero que a menudo no se traduce en justicia real. La falta de resultados concretos y la impunidad alimentan el ciclo de violencia y generan un profundo sentimiento de desamparo en la población. Es urgente que se implementen medidas efectivas para proteger al gremio taxista y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos. No podemos permitir que el miedo se apodere de nuestras vidas, que la violencia se convierta en la norma. Es hora de exigir justicia para Irma, para el padre asesinado en el hospital, y para todos los que han sido víctimas de la delincuencia. Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y nos devuelvan la tranquilidad que nos han arrebatado.
El silencio cómplice es la mejor herramienta de la delincuencia. Debemos alzar la voz, denunciar las injusticias y exigir un cambio real. El futuro de Veracruz depende de nuestra capacidad de unirnos y luchar por un entorno seguro y digno para todos.
Fuente: El Heraldo de México