
30 de julio de 2025 a las 17:25
Sicario disfrazado: crimen en Jiutepec
La frialdad del crimen quedó grabada en apenas 23 segundos de video. Un hombre, desprevenido, frente a su hogar, creyendo interactuar con un pepenador. Una farsa cruel que escondía la sombra de la muerte. El falso recolector, con la máscara de la cotidianidad, se acercó lo suficiente, la distancia justa para que la mentira se convirtiera en tragedia. De entre sus ropas, como un mago siniestro sacando un conejo de un sombrero, emergió el arma. No hubo tiempo para reacciones, solo el estruendo de los disparos, al menos cinco, que resonaron en la tranquila calle 16 de Septiembre de Jiutepec, Morelos. La víctima, sorprendida, intentó en un vano esfuerzo refugiarse en su casa, mientras el sicario, consumada su macabra tarea, huía con la misma facilidad con la que había llegado.
Este acto de violencia, ocurrido la tarde del lunes 28 de julio, ha conmocionado a la comunidad y ha vuelto a poner sobre la mesa la preocupante situación de seguridad en el estado. El video, difundido rápidamente a través de redes sociales, se ha convertido en un testimonio mudo del terror que se vive en algunas zonas de Morelos. La imagen del falso pepenador, con su disfraz de trabajador, se ha transformado en un símbolo de la perversidad y la astucia con la que opera el crimen organizado.
Las autoridades, por su parte, han iniciado las investigaciones correspondientes. La identidad de la víctima aún no ha sido revelada, y el móvil del crimen permanece en las sombras, un enigma que los investigadores deberán desentrañar. La cacería del sicario ha comenzado, una carrera contrarreloj para llevar ante la justicia a quien se esconde tras la fachada de la humildad para sembrar el terror.
Este lamentable suceso se suma a la ola de violencia que ha azotado a Morelos en las últimas semanas. Del 20 al 27 de julio, una semana teñida de sangre, se registraron al menos 24 asesinatos, incluyendo siete feminicidios. Municipios como Cuernavaca, Cuautla y Temixco se han convertido en escenarios recurrentes de la violencia, sembrando la incertidumbre y el miedo entre sus habitantes. ¿Qué hay detrás de esta escalada de violencia? ¿Qué factores contribuyen a la impunidad con la que operan estos grupos criminales? Son preguntas que exigen respuestas urgentes, un clamor que se eleva desde la sociedad morelense, cansada de vivir bajo el yugo del miedo.
La investigación de este caso en particular se vuelve crucial, no solo para llevar al responsable ante la justicia, sino también para comprender las estrategias que utiliza el crimen organizado y así poder implementar medidas más efectivas para combatirlo. La simulación, la infiltración en la vida cotidiana, el uso de disfraces para acercarse a las víctimas, son tácticas que revelan una planificación fría y calculada, y que exigen una respuesta igual de estratégica por parte de las autoridades. El disfraz de pepenador se convierte en un símbolo, una metáfora de la manera en que la violencia se camufla en la cotidianidad, recordándonos que la seguridad es un reto constante que demanda la participación de todos.
Fuente: El Heraldo de México