
30 de julio de 2025 a las 09:10
Rocha Moya: ¿Impune?
La política mexicana, a menudo comparada con un plato hirviendo a fuego lento, donde los ingredientes se mezclan y los sabores se intensifican, nos ofrece un nuevo ingrediente: el teflón. Al parecer, algunos políticos han descubierto las propiedades antiadherentes de este material, no para sus sartenes, sino para su imagen pública. En esta ocasión, el gobernador Rubén Rocha Moya parece haber dominado la técnica del teflón político, dejando que las críticas resbalen sin dejar rastro, como el aceite en una sartén bien curada.
Las encuestas, termómetros de la opinión pública, revelan una intención de voto abrumadora a favor de su alianza. Un 48%, una cifra que se antoja inalcanzable para la oposición, fragmentada y con apenas un 25% de apoyo. Movimiento Ciudadano, en solitario, observa la contienda desde la distancia, con un modesto 8%. Estos números, fríos y contundentes, parecen confirmar la eficacia del teflón político de Rocha Moya. Las acusaciones, los señalamientos, las polémicas, todo resbala sin dejar huella.
¿Cuál es el secreto de esta fórmula? ¿Se trata de una estrategia cuidadosamente elaborada, una habilidad innata para sortear las crisis, o simplemente la indiferencia del electorado? Las respuestas, como las capas de una cebolla, se esconden tras la superficie. Lo cierto es que Rocha Moya, al igual que Marina del Pilar Ávila en Baja California, parece haber encontrado la manera de navegar en las turbulentas aguas de la política mexicana sin que las olas lo alcancen.
Mientras tanto, en el escenario nacional, las advertencias de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y de la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, resuenan como un eco en los pasillos del poder. La austeridad republicana, bandera del movimiento que los llevó a la presidencia, parece tambalearse ante las exhibiciones de lujo de algunos dirigentes. La justa medianía, ese equilibrio tan anhelado y tan difícil de alcanzar, se convierte en un llamado a la congruencia, a la ética, a la responsabilidad.
El contraste entre la aparente invulnerabilidad de Rocha Moya y la fragilidad de la imagen de algunos líderes nacionales plantea una serie de interrogantes. ¿Es el teflón político una herramienta sostenible a largo plazo? ¿Podrá resistir el fuego constante del escrutinio público? ¿O se derretirá como la mantequilla en una sartén caliente cuando la presión aumente?
Los próximos comicios en Sinaloa, donde se renovará la Cámara Baja, las alcaldías y el congreso local, serán la prueba de fuego para el teflón de Rocha Moya. Los 2 millones 394 mil electores sinaloenses tendrán la última palabra. Su voto decidirá si el teflón político sigue siendo efectivo o si, como cualquier otro recubrimiento, se desgasta con el tiempo. La política, un juego de estrategias y percepciones, nos mantiene en vilo, expectantes ante el desenlace de esta historia.
Fuente: El Heraldo de México