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30 de julio de 2025 a las 03:15
¡Picaduras que alarman! Familia atacada por abejas en Tepic.
El zumbido amenazante resonaba en Villas del Roble, transformando una mañana apacible en una escena de caos y pánico. Lo que comenzó como un día cualquiera, un martes 29 de julio, se convirtió en una pesadilla para una familia nayarita, víctimas de un furioso ataque de abejas. Imaginen la tranquilidad rota por el zumbido creciente, la confusión inicial dando paso al terror al ver la nube de insectos acercándose. El escenario, una vivienda familiar, se transformó en un campo de batalla contra un enemigo diminuto pero formidable.
Los vecinos, testigos del horror, alertaron de inmediato a los servicios de emergencia. La imagen que encontraron los paramédicos y bomberos al llegar era desoladora: una familia entera, incluyendo dos menores de edad, luchando contra una oleada de aguijones. Un hombre, con más de 200 picaduras según reportes preliminares, se encontraba en estado crítico, la piel cubierta de ronchas inflamadas, el cuerpo luchando contra el veneno. Su rostro, contraído por el dolor, reflejaba la gravedad de la situación.
La atención médica se desplegó con urgencia, una carrera contra el reloj para estabilizar a las víctimas. Dos de ellas, una menor y una mujer adulta, lograron ser trasladadas al hospital, mientras que el hombre, en estado grave, requirió cuidados intensivos. Incluso en medio del caos, la ferocidad de las abejas no cesó. Los insectos, en un frenesí defensivo, invadieron la ambulancia, dificultando las labores de rescate y poniendo en riesgo al personal médico. Un bombero, en su valiente intento por auxiliar a la familia, también sufrió múltiples picaduras, un testimonio del peligro que representaba el enjambre.
Ni siquiera la mascota de la familia, un pequeño perro, escapó a la furia de las abejas. La imagen del animal, cubierto de picaduras, añade otra capa de tristeza a esta tragedia. La impotencia de los dueños, atendiendo como podían a su fiel compañero en medio del caos, es un reflejo del impacto devastador de este incidente.
Pedro Núñez Bueno, director estatal de Protección Civil y Bomberos, señaló que se trataba probablemente de un enjambre migratorio, desplazado de su ruta y altamente sensibilizado. "Son abejas que van de paso", explicó, "pero cualquier movimiento o ruido cerca de su desplazamiento, puede alterar su comportamiento y provocar un ataque". Sus palabras resuenan como una advertencia, un recordatorio de la fragilidad del equilibrio entre la vida urbana y la naturaleza.
La zona fue acordonada para proteger a la comunidad. Expertos en el manejo de abejas trabajaron con cautela para dispersar el enjambre, evitando métodos agresivos que pudieran perjudicar el ecosistema. Este incidente, más allá de la tragedia inmediata, abre un debate crucial sobre la convivencia con las abejas, especies vitales para la polinización, y la necesidad de implementar protocolos de prevención y manejo de enjambres en zonas urbanas.
¿Qué podemos aprender de esta dolorosa experiencia? La importancia de respetar el espacio de estos insectos, de no interferir en su camino y de alertar a las autoridades ante la presencia de enjambres. Llamar al 911 o a los números de emergencia de Protección Civil es la acción correcta, un acto de responsabilidad que puede salvar vidas. La tragedia de Villas del Roble nos recuerda que la naturaleza, en su inmensa belleza, también guarda peligros que debemos aprender a reconocer y respetar.
Fuente: El Heraldo de México