
31 de julio de 2025 a las 00:00
Palabras que sanan, no que hieren.
En un mundo saturado de información, donde la hiperconexión nos bombardea con imágenes a veces distorsionadas y mensajes contradictorios, las palabras del Papa León XIV resuenan con una fuerza inusitada. Durante la Audiencia General, ante la mirada expectante de miles de jóvenes que celebran el Jubileo de la Juventud, el Santo Padre ha puesto el dedo en la llaga de una sociedad enferma, una sociedad que se ahoga en la "bulimia" de las redes sociales, incapaz de discernir la verdad en medio del torrente de información.
El Pontífice no se limita a diagnosticar el mal, sino que ofrece un camino de sanación. Un camino que comienza por reconocer la necesidad de curación, una curación que no se limita al cuerpo, sino que penetra en lo más profundo del ser humano, en su forma de comunicarse, de relacionarse con los demás. Vivimos en un clima de violencia y odio, donde la dignidad humana se ve constantemente amenazada. Palabras hirientes, malentendidos, la sensación de no ser comprendidos… ¿Quién no ha experimentado esa dolorosa realidad en el mundo actual?
El Papa León XIV nos invita a mirar el ejemplo de Jesús, quien con su gesto de sanar al sordomudo nos muestra el camino hacia una comunicación auténtica. "Efatá", "Ábrete", una palabra que resuena a través de los siglos y nos interpela directamente. Abrirse a los demás, romper las barreras del silencio y la incomunicación, ese es el antídoto contra la enfermedad de nuestro tiempo.
No se trata de una tarea fácil. La tentación del silencio, del aislamiento, puede ser muy fuerte, especialmente cuando nos sentimos heridos o incomprendidos. El ruido ensordecedor del mundo virtual nos empuja a refugiarnos en nosotros mismos, a apagar nuestros sentidos, a dejar de sentir. Pero el Papa nos recuerda que el camino hacia la sanación pasa por la apertura, por el encuentro con el otro, por la comunicación sincera y profunda.
La juventud, presente en la Plaza de San Pedro, representa la esperanza de un futuro mejor. Un futuro donde la comunicación sea un puente y no un muro, donde las palabras sirvan para construir y no para destruir. El llamado del Papa León XIV es un llamado a la responsabilidad, a la empatía, a la comprensión. Un llamado a sanar nuestras heridas y las heridas del mundo a través de una comunicación que nos acerque a los demás y nos permita construir una sociedad más justa y fraterna. El camino de la sanación no es un camino solitario, sino un camino que se recorre juntos, de la mano, abriéndonos al otro y escuchando su voz. Es un camino que comienza con un simple "Efatá", un "Ábrete" que nos invita a salir de nuestra propia oscuridad y a entrar en la luz del encuentro.
Fuente: El Heraldo de México