La indignación y el dolor se palpan en el aire de Boca del Río, Veracruz. Familiares, amigos y vecinos del querido dentista Ribsaim Rodríguez claman justicia tras su brutal asesinato el pasado sábado 26 de julio. Un asalto en su propia casa, en el fraccionamiento Costa de Oro, truncó la vida de este profesional respetado y apreciado por la comunidad, dejando un vacío imposible de llenar. Los delincuentes, además de arrebatarle la vida, se llevaron su camioneta, desatando una persecución que puso en vilo a toda la ciudad.

La huida de los asaltantes se convirtió en una frenética carrera contra el tiempo. Las calles de Boca del Río, habitualmente tranquilas, se transformaron en el escenario de una peligrosa persecución. En la intersección de Salvador Díaz Mirón y Simón Bolívar, el estruendo de las balas rompió la calma. Un enfrentamiento armado dejó a un civil herido, quien fue trasladado de inmediato a un hospital bajo la custodia de agentes de la Policía Ministerial. La tensión se podía cortar con un cuchillo.

La persecución continuó, los asaltantes, desesperados por escapar, sembraron el pánico a su paso. Finalmente, en la calle Velázquez de la Cadena, casi esquina con Allende, la camioneta robada, una KIA blanca, propiedad del Dr. Rodríguez, se estrelló contra un objeto fijo. El vehículo, equipado con GPS, había sido rastreado desde el inicio del robo, permitiendo a las autoridades seguir el rastro de los criminales. Sin embargo, este avance tecnológico no pudo evitar la tragedia que ya se había consumado.

Este lamentable suceso nos recuerda la creciente ola de violencia que azota a Veracruz. El crimen del Dr. Rodríguez se suma al de la maestra jubilada Irma, una mujer trabajadora que, buscando un ingreso extra, se dedicaba al transporte como taxista. Irma fue víctima de un grupo de extorsionadores que le exigían el pago de “piso”. Su negativa a ceder ante las amenazas le costó la vida en el municipio de Álamo.

La desaparición de Irma generó una gran angustia entre sus familiares y amigos. Horas después, la incertidumbre se transformó en horror. Un video que circuló en redes sociales mostraba a Irma arrodillada, rodeada de hombres armados. En un desgarrador mensaje, la maestra de 62 años suplicaba a sus compañeros taxistas: "Compañeros, paguen su cuota". Un testimonio estremecedor de la pesadilla que vivía y que, finalmente, le arrebató la vida. El cuerpo de Irma fue encontrado sin vida poco después, dejando constancia de la crueldad de sus verdugos.

Estos dos casos, el del Dr. Rodríguez y el de la maestra Irma, son un reflejo de la vulnerabilidad que viven muchos ciudadanos ante la delincuencia. La exigencia de justicia resuena con fuerza en las calles de Veracruz. La sociedad pide a gritos un alto a la violencia y exige a las autoridades acciones contundentes para garantizar la seguridad y el bienestar de todos. La memoria de Ribsaim Rodríguez e Irma debe servir como un llamado a la conciencia colectiva y un impulso para construir un futuro más seguro y justo para todos los veracruzanos. ¿Hasta cuándo tendremos que soportar esta ola de violencia? ¿Qué medidas se tomarán para proteger a los ciudadanos? Estas son las preguntas que hoy se hacen miles de veracruzanos, con la esperanza de encontrar respuestas y soluciones que permitan vivir en paz.