
31 de julio de 2025 a las 01:50
Franelero detenido: Caos en la Narvarte
La tensión se palpaba en el aire. El bullicio habitual del mercado de Anaxágoras y Torres Adalid, en la vibrante colonia Narvarte Poniente, se vio interrumpido por un enfrentamiento que escaló rápidamente. Un elemento de la Policía Bancaria e Industrial, en su labor diaria, detectó a un hombre apartando lugares de estacionamiento en la vía pública, una práctica comúnmente conocida como "franelerismo" y considerada una falta administrativa en la Ciudad de México. Lo que parecía un procedimiento rutinario, se transformó en un foco de conflicto que puso en evidencia la compleja relación entre autoridades, comerciantes y la informalidad que a menudo permea las calles de la capital.
El oficial, siguiendo el protocolo, informó al individuo que sería remitido al Juez Cívico para responder por la infracción. Sin embargo, la situación dio un giro inesperado. Locatarios del mercado, en un acto de aparente solidaridad, intervinieron impidiendo la detención. La escena se volvió caótica. Gritos, reclamos y empujones se entremezclaban en una creciente ola de indignación. La versión oficial, emitida por la Secretaría de Seguridad Ciudadana, señala que el presunto infractor agredió físicamente al policía en medio del tumulto. Por otro lado, testigos presenciales afirman que el oficial habría solicitado dinero al "franelero" para permitirle continuar con su actividad, una acusación grave que añade otra capa de complejidad al incidente.
La presencia de los locatarios, defendiendo al hombre, plantea interrogantes sobre la percepción de la autoridad en la zona. ¿Se trata de un caso aislado de defensa a un individuo o refleja una desconfianza generalizada hacia las fuerzas del orden? ¿Existe una tolerancia, incluso una complicidad, con prácticas informales como el "franelerismo" que, si bien proveen un servicio, también pueden ser fuente de abusos y control territorial?
La llegada de un mando policial y la posterior valoración médica del oficial por parte de Protección Civil, intentaron calmar los ánimos. La Dirección General de Asuntos Internos se ha presentado en el lugar para iniciar las investigaciones correspondientes, una medida necesaria para esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades. Sin embargo, el incidente deja un sabor amargo y abre un debate crucial sobre la convivencia en el espacio público, la regulación del comercio informal y la necesidad de fortalecer la confianza entre la ciudadanía y las instituciones.
Este evento no es un hecho aislado. Se replica, con sus variantes, en diferentes puntos de la ciudad, reflejando la tensión constante entre la legalidad y la necesidad, entre el orden y la supervivencia. La figura del "franelero", tan arraigada en la cultura urbana, se convierte en un símbolo de esta compleja realidad. ¿Cómo regular una actividad que, si bien genera molestias, también representa una fuente de ingresos para quienes la ejercen? ¿Cómo garantizar la seguridad y el orden sin criminalizar la informalidad? Estas son algunas de las preguntas que resuenan tras el incidente en el mercado de la Narvarte, preguntas que exigen respuestas y soluciones que vayan más allá de la simple represión. El diálogo, la comprensión y la búsqueda de alternativas son indispensables para construir una ciudad más justa y equitativa para todos.
Fuente: El Heraldo de México