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30 de julio de 2025 a las 09:20

Dile ADIÓS a la extorsión

La resonancia del Operativo Liberación en el Estado de México continúa generando debate. Mientras las autoridades celebran la coordinación y contundencia del despliegue, las voces desde el terreno, como la recogida por el periodista Carlos Puig, nos recuerdan la complejidad de la extorsión, una economía criminal que se adapta y se enquista en el tejido social. No se trata de minimizar el esfuerzo de las fuerzas del orden, sino de entender que un operativo, por sí solo, no puede desmantelar una estructura criminal tan arraigada. La analogía con el boxeo es pertinente: no se gana un campeonato con un solo golpe de suerte. Se requiere estrategia, entrenamiento, estudio del rival y, sobre todo, constancia. Imaginen a un boxeador que se conforma con un buen gancho al inicio del combate. Sería ingenuo pensar que eso le asegurará la victoria. La extorsión, como un oponente escurridizo, exige una serie de golpes precisos, cada uno dirigido a debilitar diferentes aspectos de su compleja estructura.

El Operativo Liberación, en ese sentido, puede verse como un asalto en una pelea a muchos rounds. Es un paso importante, un golpe que impacta, pero que debe ir seguido de otros igualmente contundentes: investigaciones financieras que desmantelen las redes de lavado de dinero, programas de protección a víctimas que rompan el ciclo del miedo y la impunidad, y estrategias preventivas que ataquen las raíces sociales del problema. Sin estas medidas complementarias, el golpe inicial pierde fuerza y el adversario se recupera.

Más allá de la metáfora pugilística, la realidad en las calles del Estado de México exige acciones concretas y sostenidas. No podemos esperar que las comunidades, asfixiadas por el yugo de la extorsión, confíen en operativos aislados que, si bien generan un impacto mediático, no se traducen en cambios tangibles en sus vidas. Necesitan ver a las instituciones trabajando en el largo plazo, no solo con la fuerza de las armas, sino también con la inteligencia de la investigación y la cercanía de la prevención. Es necesario profesionalizar a las policías locales, dotarlas de las herramientas y la capacitación necesarias para enfrentar este delito, y, fundamentalmente, generar oportunidades que impidan que la población caiga en las redes del crimen organizado.

Si bien el reconocimiento a quienes participaron en el Operativo Liberación es justo, la verdadera victoria se alcanzará cuando los comerciantes, transportistas y ciudadanos puedan desarrollar sus actividades sin el temor constante a la extorsión. Cuando las calles recuperen la tranquilidad y la confianza en las instituciones se consolide. Este es el verdadero KO que debemos perseguir, y para lograrlo, se necesita mucho más que un solo golpe. Se requiere una estrategia integral, persistencia y la convicción de que la lucha contra la extorsión es una maratón, no una carrera de velocidad.

Fuente: El Heraldo de México