La llegada de Pete Carroll a Las Vegas ha inyectado una dosis de optimismo en una franquicia sedienta de victorias. Tras una temporada 2023 para el olvido, la afición de los Raiders espera con ansias el regreso a la senda del triunfo, y la contratación del experimentado entrenador, campeón del Super Bowl XLVIII con los Seattle Seahawks, se percibe como el primer paso en la dirección correcta. Carroll, artífice de la legendaria "Legión del Boom", llega con la misión de construir una defensiva dominante, un sello distintivo de sus equipos en Seattle. La presencia de Maxx Crosby, un auténtico terror para los quarterbacks rivales, es una base sólida sobre la cual construir. Las adiciones de Devin White, Elandon Roberts y Jeremy Chinn en la agencia libre refuerzan significativamente una unidad que fue uno de los puntos débiles del equipo la temporada pasada.

Sin embargo, la gran interrogante reside en la posición de quarterback. La inestabilidad bajo centro fue una constante en 2023, con un desfile de quarterbacks que incluyó a Gardner Minshew, Aidan O'Connell y Desmond Ridder. La apuesta por Geno Smith, un jugador conocido por Carroll de su etapa en Seattle, representa una solución a corto plazo. Si bien Smith ofrece eficiencia y experiencia, no se perfila como la respuesta definitiva a largo plazo para liderar la ofensiva de los Raiders.

La ofensiva también enfrenta retos. La salida de Davante Adams dejó un vacío importante en el cuerpo de receptores, dejando a Jakobi Meyers como el principal objetivo, a pesar de no ser un receptor de élite. La selección de Jack Bech en el Draft agrega un elemento físico al juego aéreo, pero se espera que el verdadero protagonista sea el ala cerrada Brock Bowers, quien viene de una temporada 2024 de ensueño, rompiendo récords para un novato en su posición. Bowers, con sus 112 recepciones y 1,194 yardas, demostró una conexión especial con los quarterbacks, a pesar de la inconsistencia en la posición. Con un coordinador ofensivo como Chip Kelly, conocido por su predilección por el juego terrestre, la pregunta es cómo se distribuirá el balón entre Bowers y el prometedor corredor Ashton Jeanty.

Jeanty, proveniente de Boise State, llega con la etiqueta de estrella en ciernes. Sus impresionantes números en la universidad, con más de 2,700 yardas y un promedio de 7 yardas por acarreo, lo convierten en una de las piezas más emocionantes del equipo. Su capacidad para romper tackles y su explosividad en campo abierto prometen revitalizar un ataque terrestre que promedió apenas 79 yardas por partido la temporada pasada, una cifra muy por debajo de lo esperado.

En resumen, los Raiders se encuentran en una fase de reconstrucción. La llegada de Carroll y las nuevas incorporaciones en defensa y en el juego terrestre ofrecen motivos para el optimismo. Sin embargo, la incertidumbre en la posición de quarterback y la necesidad de encontrar un receptor de élite son desafíos que deberán superar para aspirar a un regreso a los playoffs. La temporada 2025 se presenta como un año de transición, en el que se sentarán las bases para un futuro más prometedor. Si bien el pronóstico de 6-11 no es alentador, la esperanza reside en el desarrollo de los jóvenes talentos y en la capacidad de Carroll para construir una cultura ganadora.

Diego Carreño

@diegocarrenoff