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30 de julio de 2025 a las 18:40

Alerta Tsunami en Hawái: ¿Abandonados en el Crucero?

El pánico se apoderó de las costas hawaianas. Imaginen la escena: un paraíso tropical, el sol brillando, y de repente, el sonido estridente de las sirenas anunciando una amenaza inminente. Un terremoto de magnitud 8.8 en la lejana Rusia desató la alerta de tsunami, y la tranquilidad se transformó en caos. Decenas de turistas, que momentos antes disfrutaban de sus vacaciones soñadas, se vieron envueltos en una pesadilla. Videos en redes sociales, grabados con manos temblorosas, muestran la desesperación en sus rostros. Familias separadas, gritos, llantos y una pregunta resonando en el aire: ¿qué está pasando?

Las embarcaciones, siguiendo protocolos de seguridad, zarparon a toda prisa, buscando refugio en las profundidades del océano. Pero en su huida, dejaron atrás a cientos de pasajeros varados en los muelles. La imagen de los cruceros alejándose, mientras los turistas corrían desesperados por el muelle, se ha vuelto viral, un símbolo del terror y la incertidumbre que se vivieron en esos momentos. Rachael, una de las pasajeras que logró embarcar a tiempo, describió la experiencia como aterradora. "Más de 600 personas no lograron subir", relató con la voz entrecortada, aún conmocionada por lo vivido. La confusión reinaba. La falta de información clara agravó la situación, dejando a muchos sin saber qué hacer ni a dónde ir.

Expertos en fenómenos naturales han salido a la luz para explicar la compleja situación. Argumentan que, en mar abierto, un crucero es mucho más seguro que en la costa durante un tsunami. Las olas, aunque devastadoras al llegar a tierra firme, pierden fuerza e intensidad en aguas profundas. Por ello, los protocolos indican alejarse de la costa lo más rápido posible, una decisión drástica pero necesaria para salvaguardar la vida de los pasajeros a bordo. En mar profundo, las olas del tsunami pueden pasar prácticamente desapercibidas bajo la quilla del barco.

Sin embargo, esta lógica, aunque comprensible desde una perspectiva técnica, no alivia la angustia de quienes quedaron abandonados en tierra. Muchos se encontraban en excursiones, explorando la belleza volcánica de la isla, cuando las sirenas irrumpieron en la tranquilidad. Otros, simplemente paseaban por la costa, disfrutando del sol y la brisa marina. Las alertas de emergencia en sus teléfonos celulares les anunciaron la amenaza, pero el tiempo no fue suficiente. Llegaron al muelle solo para ver cómo sus barcos se alejaban en el horizonte, llevándose consigo sus pertenencias, sus documentos y, sobre todo, la promesa de unas vacaciones inolvidables.

El epicentro del terremoto, cerca de la península de Kamchatka en Rusia, generó olas de hasta seis metros de altura, causando daños materiales y escenas de pánico en diversas regiones. En Hawái, la alerta se levantó horas después, pero la experiencia dejó una huella profunda en la memoria de los turistas. La imagen del paraíso se vio empañada por el miedo y la incertidumbre. Un recordatorio de la fuerza implacable de la naturaleza y de la fragilidad de nuestros planes ante su poderío. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo se puede mejorar la comunicación y la logística en situaciones de emergencia para evitar que escenas como estas se repitan en el futuro?

Fuente: El Heraldo de México