
30 de julio de 2025 a las 07:55
Alerta de tsunami en México: Mantente a salvo
La sombra del gigante sísmico de Kamchatka se extiende por el Pacífico, generando un murmullo de alerta en las costas mexicanas. Si bien el rugido del tsunami no se espera con la fuerza devastadora que algunos temen, la prudencia se impone. Desde Baja California hasta Nayarit, la danza del océano se observa con cautela, preparándose para un posible oleaje inusual en las primeras horas del 30 de julio.
En Tijuana, la calma prevalece. Protección Civil, con la serenidad que da la experiencia, exhorta a la población a mantenerse informada a través de los canales oficiales, recordando que la información veraz es la mejor herramienta contra el pánico. No se prevén riesgos significativos, pero la vigilancia es constante, como un faro que guía en la noche.
Más al sur, en Ensenada, la alerta naranja tiñe el horizonte de precaución. Si bien no se esperan afectaciones directas, la posible variación en el nivel del mar, estimada entre 0.3 y 1 metro, invita a la prudencia. Se recomienda evitar las zonas costeras durante el periodo de posible impacto, un sacrificio menor para asegurar la seguridad de todos.
En las costas nayaritas de San Blas, la expectativa se mezcla con la tranquilidad. La Secretaría de Marina, a través del Centro de Alerta de Tsunamis, ha emitido su comunicado: un posible aumento del nivel del mar de hasta un metro. No se trata de un tsunami devastador, pero la fuerza del océano, incluso en su forma más sutil, merece respeto. Las corrientes fuertes y los oleajes anormales pueden representar un riesgo, especialmente en zonas portuarias y costeras. La recomendación es clara: extremar precauciones y atender las indicaciones de las autoridades.
Mazatlán, perla del Pacífico, también se prepara. Aunque el riesgo es mínimo, las autoridades no bajan la guardia. Un operativo de vigilancia y prevención se ha activado, tejiendo una red de seguridad a lo largo del litoral. El Escuadrón de Salvamento Acuático intensifica sus recorridos en las playas, velando por la seguridad de locales y visitantes. La previsión es la clave, y en Mazatlán, la toman muy en serio.
La imagen es vívida: desde el norte hasta el sur del Pacífico mexicano, la mirada se posa en el horizonte. La amenaza, aunque lejana, es un recordatorio de la fuerza de la naturaleza. La respuesta, sin embargo, es un testimonio de la capacidad de preparación y la resiliencia de las comunidades costeras. La información fluye, las autoridades actúan y la población se mantiene alerta, lista para enfrentar cualquier eventualidad. La danza del océano continúa, pero esta vez, con la serenidad de quien sabe que la preparación es la mejor defensa. El Pacífico susurra, y México escucha.
Fuente: El Heraldo de México