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30 de julio de 2025 a las 19:20

Alerta de tsunami en Chile: Momentos de terror

La tierra tembló con furia en el lejano oriente, un rugido sísmico de magnitud 8,8 que sacudió la costa este de Rusia, enviando ondas de energía a través del vasto océano Pacífico. La noticia, como una descarga eléctrica, llegó a Chile, donde las sirenas de tsunami rasgaron la tranquilidad de la tarde en Iquique, un sonido agudo y penetrante que anunciaba la posibilidad de un peligro inminente. El corazón del norte chileno, bañado por las aguas del Pacífico, se puso en alerta máxima.

A las 11:00 horas, hora chilena continental, el sonido estridente de las sirenas se extendió como un reguero de pólvora por las localidades costeras de Arica, Parinacota y Tarapacá. La alerta, emitida por el Servicio Nacional de Respuesta ante Desastres, activó el protocolo de evacuación por un posible tsunami transpacífico. La sombra del tsunami de 2010, que azotó las costas chilenas tras el terremoto de 8.8 grados, se proyectaba en la memoria colectiva, un recordatorio de la fuerza implacable de la naturaleza.

La escena en Iquique era de tensa calma. Las calles, habitualmente bulliciosas, se llenaron de un flujo constante de personas que se dirigían hacia zonas seguras, siguiendo las rutas de evacuación establecidas. En el aire se respiraba una mezcla de preocupación y determinación. Familias con niños pequeños, ancianos apoyados en sus bastones, jóvenes con sus mascotas en brazos, todos unidos por la necesidad de ponerse a salvo.

Óscar Cortés, desde la capital regional, capturó la magnitud del momento en un video que rápidamente se viralizó en las redes sociales. Las imágenes mostraban la evacuación en pleno desarrollo, el sonido de las sirenas mezclándose con el murmullo de la gente, la tensión palpable en cada rostro. El video, un testimonio crudo de la realidad, servía como un llamado a la acción, un recordatorio de la importancia de la preparación y la respuesta rápida ante emergencias.

En medio de la incertidumbre, las autoridades hicieron un llamado a la calma y a la solidaridad. "Si tienes que evacuar, hazlo con calma y siempre acompañado de tus mascotas", instaron, recordando la importancia de no dejar atrás a los miembros más vulnerables de la familia. "Si tienes la oportunidad, ayuda a evacuar a menores de edad, adultos mayores o personas con movilidad reducida", añadieron, apelando al espíritu de comunidad y colaboración que caracteriza al pueblo chileno en momentos de crisis.

La información, aún en desarrollo, fluía a través de los medios de comunicación y las redes sociales, manteniendo a la población informada sobre la evolución de la situación. Mientras el océano Pacífico seguía su curso, la incertidumbre persistía, pero la esperanza, como una pequeña llama, se mantenía encendida en el corazón de cada chileno, esperando que la amenaza del tsunami se disipara y que la calma volviera a reinar en las costas del norte. La solidaridad, la preparación y la resiliencia, una vez más, se convertían en los pilares fundamentales para enfrentar la adversidad. La naturaleza había rugido, pero la respuesta humana, firme y decidida, se elevaba para hacerle frente.

Fuente: El Heraldo de México