La tragedia se cernió sobre la costa venezolana este sábado, dejando un vacío irreparable en una familia y una profunda consternación en la comunidad. Un rayo, en medio de la furia desatada por la onda tropical número 20, arrebató la vida de Nahum Villael Blanco, un niño de tan solo 12 años que disfrutaba de un día de playa junto a sus seres queridos. El eco de la descarga eléctrica resonó en las costas de Los Canales, en Anzoátegui, silenciando las risas y el bullicio propio de un día de recreación familiar. La imagen idílica de la playa se transformó en un escenario de desesperación cuando el pequeño Nahum cayó fulminado por la fuerza de la naturaleza.

Testigos presenciales describen la escena con angustia: la repentina luminosidad del rayo, el estruendo ensordecedor y la posterior conmoción al percatarse de la tragedia. De inmediato, funcionarios de Protección Civil se movilizaron para auxiliar al niño, trasladándolo con urgencia al hospital Domingo Guzmán Lander del IVSS, en Las Garzas, Barcelona. La esperanza se aferraba a cada minuto, a cada esfuerzo médico, pero la lucha por la vida de Nahum resultó infructuosa. El impacto del rayo había sido devastador.

La noticia se propagó rápidamente, dejando un manto de tristeza sobre la comunidad. El alcalde del municipio Urbaneja, Manuel Ferreira, con la voz quebrada por la emoción, confirmó el lamentable suceso a través de un video publicado en su cuenta de Instagram. Sus palabras reflejaban el dolor compartido por todos: "Una verdadera tragedia", expresó, extendiendo sus condolencias a la familia de Nahum. Ferreira relató cómo el rayo impactó directamente sobre el niño mientras se encontraba en la orilla, un recordatorio brutal de la imprevisibilidad y la fuerza de la naturaleza.

Ante la persistencia de las condiciones meteorológicas adversas, las autoridades actuaron con prontitud para evitar nuevas tragedias. Se ordenó el desalojo temporal de todas las playas del municipio, una medida preventiva necesaria ante el riesgo latente de nuevas descargas eléctricas. El alcalde Ferreira hizo un llamado a la ciudadanía a extremar la precaución al visitar playas y ríos durante la temporada de lluvias y el paso de fenómenos tropicales. La seguridad, enfatizó, debe ser la prioridad.

Las intensas lluvias asociadas a la onda tropical número 20 no solo dejaron esta irreparable pérdida humana. Diversos sectores del municipio se vieron afectados por anegaciones, y una vivienda de bahareque en el casco histórico de Barcelona sufrió un derrumbe parcial. Afortunadamente, en este último incidente no se registraron heridos.

La tragedia de Nahum Villael Blanco sirve como un doloroso recordatorio de la importancia de la prevención y la responsabilidad individual frente a los fenómenos naturales. Estar atentos a los pronósticos meteorológicos, seguir las recomendaciones de las autoridades y tomar medidas de precaución, especialmente durante la temporada de lluvias y el paso de ondas tropicales, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La memoria de Nahum debe ser un llamado a la conciencia colectiva para que tragedias como esta no se repitan. Que su partida no sea en vano, sino un impulso para fortalecer la cultura de prevención y proteger la vida, especialmente la de los más vulnerables.