
29 de julio de 2025 a las 12:50
Ortiz-Dudamel: Explosión sinfónica en Yanga.
La historia de Gaspar Yanga, líder africano que desafió el yugo de la esclavitud en la Nueva España del siglo XVII, ha resonado a través de los siglos, inspirando relatos, investigaciones y, ahora, una poderosa obra musical. Gabriela Ortiz, compositora mexicana de renombre internacional, ha logrado plasmar la esencia de esta lucha por la libertad en "Yanga", una cantata que trasciende la mera narración histórica para convertirse en una experiencia sonora visceral.
Desde hace quince años, la idea de musicalizar la vida de Yanga germinaba en la mente de Ortiz. Inicialmente, la ópera se perfilaba como el formato ideal para narrar la gesta de este héroe que, tras escapar de las plantaciones azucareras, fundó San Lorenzo de los Negros, uno de los primeros pueblos libres de América, hoy conocido como Yanga, Veracruz. Sin embargo, el camino de la compositora la llevó primero a consolidar su presencia en los escenarios internacionales, cosechando éxitos y colaboraciones con prestigiosas orquestas como la Filarmónica de Los Ángeles, bajo la batuta de Gustavo Dudamel.
Fue precisamente en el marco de esta fructífera relación que surgió la oportunidad de componer "Yanga". Encargada inicialmente como una pieza complementaria a la Novena Sinfonía de Beethoven, la obra evolucionó hacia una cantata de 18 minutos, con un nuevo libreto de Martín Bermúdez, que integra orquesta, coro y el virtuosismo del cuarteto de percusión mexicano Tambuco. El resultado es una pieza impactante, incluida en el nuevo álbum de la Filarmónica de Los Ángeles dedicado a Ortiz, que nos sumerge en un viaje sonoro a través de la lucha, la resistencia y la esperanza.
Lejos de ser un mero acompañamiento exótico, la percusión se erige como una voz primordial, expresando la crudeza de la esclavitud, el dolor de la opresión y la fuerza de la identidad. El coro, por su parte, actúa como un elemento rítmico-conceptual, creando una atmósfera ritual que envuelve al oyente. La orquesta, con su sofisticada escenografía sonora, atestigua la madurez del lenguaje compositivo de Ortiz, dejando entrever la potencia de una posible versión expandida, quizás la ópera que la compositora aún sueña con realizar.
Este álbum, sin embargo, no se limita a "Yanga". Incluye también una nueva versión para cuerdas y piano de "Canciones a Violeta", una obra que explora la sensibilidad poética de Ortiz, y lo que promete ser una joya de la literatura musical moderna: "Dzonot", un concierto para violonchelo comisionado para la aclamada Alisa Weilerstein.
Weilerstein, considerada por muchos la mejor chelista de la actualidad, no solo posee un virtuosismo técnico excepcional, sino también una profunda capacidad expresiva que la convierte en la intérprete ideal para la obra de Ortiz. "Dzonot" es un diálogo intenso entre solista y orquesta, una muestra de la maestría compositiva de Ortiz y la sensibilidad interpretativa de Weilerstein, que establece un nuevo estándar en el repertorio para violonchelo. La combinación de la fuerza interpretativa de Weilerstein y la complejidad de la obra de Ortiz promete convertirse en un referente para las nuevas generaciones de músicos.
En definitiva, este nuevo álbum representa un hito en la trayectoria de Gabriela Ortiz, consolidándola como una de las voces más importantes de la composición contemporánea. "Yanga", con su poderosa evocación de la lucha por la libertad, nos invita a reflexionar sobre la historia y a conectar con nuestras raíces, mientras que "Dzonot" nos deslumbra con la belleza y la complejidad del lenguaje musical. Un disco imprescindible para quienes buscan experiencias sonoras que trasciendan los límites de lo convencional.
Fuente: El Heraldo de México