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29 de julio de 2025 a las 03:10

Oaxaca te espera: ¡Vive la magia de la Guelaguetza!

Oaxaca, crisol de culturas, vibró una vez más al ritmo de la Guelaguetza. El Cerro del Fortín, testigo ancestral de esta festividad, se vistió de gala para recibir a miles de almas, locales e internacionales, unidas por el hilo conductor de la tradición. No se trataba simplemente de un espectáculo, sino de una comunión, una ofrenda al espíritu de la gueza: el noble acto de compartir.

La Diosa Centéotl 2025, Patricia Casiano Zaragoza, con la fuerza de su voz y la calidez de sus palabras, extendió la invitación a disfrutar cada nota, cada paso, cada color, cada tradición con el respeto y el amor que merece nuestra herencia cultural. Un llamado a la unidad, a la celebración de la diversidad que florece en las ocho regiones de Oaxaca, un mosaico de música, danza y baile que dibuja la identidad de un pueblo.

El ambiente festivo, impregnado de paz y tranquilidad, fue resaltado por el gobernador Salomón Jara Cruz, quien subrayó la importancia de la seguridad para el disfrute pleno de esta celebración, un logro que coloca a Oaxaca como un referente de armonía y hospitalidad para visitantes de todo el mundo. La presencia de distinguidas personalidades, como la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, y los embajadores de Kuwait y los Países Bajos, ratificó la trascendencia internacional de la Guelaguetza.

Desde el primer instante, la magia se hizo presente. Las Chinas Oaxaqueñas de Genoveva Medina, con sus faroles, cohetones y mascadas multicolores, anunciaron el inicio de la fiesta, despertando la Rotonda de la Azucena con el alegre sonar de la chirimía. Un torrente de emociones fluyó a través de cada delegación: la mayordomía de la bandera de Santa María Tonameca, la compañera del chinanteco de Santiago Jocotepec, la ancestral fiesta del casamiento de San Miguel el Grande, la elegancia de los sones y jarabes de Villa Hidalgo Yalálag.

Cada región, con su propia voz, contó su historia. Los versos picarescos del Pato de Santiago Pinotepa Nacional, la solemnidad de las Velas de la Heroica Villa de San Blas Atempa, los vibrantes penachos de la Danza de la Pluma de Teotitlán del Valle, y la novedosa tradición del Cambio de la Alcancía de San Antonio de la Cal, demostraron la riqueza inagotable de las costumbres oaxaqueñas.

La alegría se desbordó con las malacateras de Santiago Jamiltepec, cuyas faldas y blusas de chaquira deslumbraron al público. El Torito Serrano de San Pablo Macuiltianguis y el inigualable Jarabe Mixteco de Huajuapan de León encendieron el espíritu festivo. El carnaval costeño de Pinotepa de Don Luis, al ritmo del violín, la guitarra y las sonajas de jícara, transportó a los asistentes a la alegría del Pacífico. Desde la Cuenca del Papaloapan, San Juan Bautista Tuxtepec ofreció la frescura de su Flor de Piña.

Finalmente, Putla Villa de Guerrero, con sus tradicionales tiliches, cerró con broche de oro la emisión matutina de esta fiesta grandiosa, dejando en el aire el eco de los aplausos y la promesa de un encuentro renovado con la cultura viva de Oaxaca. Una experiencia inolvidable que confirma a la Guelaguetza como la máxima expresión de la identidad oaxaqueña, un legado ancestral que se renueva año con año.

Fuente: El Heraldo de México