La noticia del brutal asesinato de una niña de seis años en la India ha conmocionado al mundo entero. La pequeña, cuya identidad se mantiene reservada, fue víctima de un horrendo ritual en la búsqueda de un supuesto tesoro escondido. Imaginen la desolación de una familia que pierde a su hija de la manera más cruel e inconcebible. La niña dormía plácidamente junto a su madre en su hogar en Koshabadi, en el distrito de Mungeli, cuando fue arrebatada de su lado. El 11 de abril, la pesadilla comenzó. La ausencia de la pequeña despertó la alarma y la desesperación se apoderó de sus padres. Inmediatamente, iniciaron una búsqueda frenética por los alrededores, una búsqueda que lamentablemente se prolongó por varios días sin resultados. Ante la angustia y la incertidumbre, la familia acudió a las autoridades locales, quienes se unieron a la búsqueda con la esperanza de encontrar a la niña sana y salva.

Los días se convirtieron en una agonizante espera. La comunidad entera se unió a la búsqueda, compartiendo la angustia de la familia. Finalmente, la peor de las noticias llegó. El reporte del hallazgo de un esqueleto en un crematorio cercano paralizó a todos. La confirmación de que se trataba de la pequeña desaparecida sumió a la aldea en un profundo dolor y consternación. ¿Cómo era posible que una niña inocente hubiera sufrido semejante destino? La investigación policial se intensificó, buscando respuestas a esta terrible tragedia.

Las pesquisas llevaron a un descubrimiento escalofriante: la cuñada de la niña estaba implicada en el crimen. Según la policía, esta mujer, cegada por la avaricia y la superstición, había orquestado el asesinato de su propia sobrina para llevar a cabo un ritual ocultista. La creencia de que un sacrificio humano le permitiría acceder a un tesoro escondido la llevó a cometer un acto de barbarie inimaginable. Contactó a un practicante de rituales esotéricos, quien le confirmó la necesidad de un sacrificio infantil para el éxito del ritual. La ambición desmedida la condujo a contratar a un hombre por la irrisoria suma de 500 rupias, menos de 140 pesos, para secuestrar a la niña.

El secuestrador, aprovechando la inocencia de la pequeña, la engañó y la llevó a un lugar apartado cerca del crematorio. Allí, en la oscuridad de la noche, se consumó el atroz sacrificio. La escena del crimen, según fuentes policiales, mostraba evidencias de prácticas rituales. La policía, tras una ardua investigación, ha detenido a cinco personas involucradas en este horrendo crimen: la cuñada de la víctima, el secuestrador, el practicante de ocultismo y dos cómplices. Todos ellos enfrentan cargos por secuestro, asesinato y prácticas rituales ilegales. Este caso ha generado una ola de indignación en la India y en el mundo entero. La sociedad exige justicia para la pequeña víctima y que este crimen no quede impune. Se clama por un castigo ejemplar para los responsables de este acto de barbarie que ha conmocionado la conciencia colectiva. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI persistan estas prácticas oscuras que se cobran la vida de seres inocentes? La lucha contra la superstición y la ignorancia es un desafío que debemos afrontar como sociedad.