La angustia se palpa en el aire, un silencio denso cargado de incertidumbre que ahoga las palabras. Vanessa Gámez, con la voz quebrada por el dolor y la desesperación, lanza un nuevo llamado a la solidaridad, un grito desesperado que busca resonar en cada rincón de la ciudad y más allá. Su hija, Ana Amelí, se desvaneció como el humo en la inmensidad del Ajusco el pasado 12 de julio, dejando un vacío insondable en el corazón de su familia y una estela de preguntas sin respuesta.

“Que la ciudadanía siga apoyando, que difundan todo lo que puedan ver, todo lo que puedan saber,” suplica Vanessa, sus palabras impregnadas de una mezcla de esperanza y desgarro. La búsqueda de Ana Amelí se ha convertido en una carrera contra el tiempo, una lucha incesante por arrancarla de las garras de la incertidumbre. Cada día que pasa, la angustia se intensifica, el miedo se adueña de los pensamientos y la desesperación amenaza con consumirlo todo.

“Jamás imaginé que mi familia y yo estaríamos viviendo este tormento”, confiesa Vanessa con la voz entrecortada. La pesadilla de la desaparición ha irrumpido en sus vidas, destrozando la cotidianidad y transformando sus días en una búsqueda incansable. La incertidumbre se cierne sobre ellos como una sombra ominosa, alimentando la angustia y carcomiendo la esperanza.

Vanessa, con una entereza admirable a pesar del dolor, se aferra a la colaboración con las autoridades. “Estamos trabajando codo a codo con ellos, les he pedido que no nos dejen fuera”, afirma con determinación. La investigación avanza, siguiendo diversas líneas que, por razones de seguridad y para no entorpecer el proceso, no pueden ser reveladas. La discreción es crucial en estos momentos, cada detalle, por pequeño que parezca, puede ser la clave para encontrar a Ana Amelí.

Recientemente, las autoridades realizaron un exhaustivo rastreo en las montañas del Ajusco para descartar que Ana Amelí se encuentre aún en la zona. Cada pista, cada indicio, es analizado minuciosamente con la esperanza de encontrar alguna señal que conduzca a su paradero. La familia, con el corazón en un puño, se aferra a la posibilidad de un reencuentro, a la esperanza de volver a abrazar a Ana Amelí.

La reunión con Bertha María Alcalde Luján, titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, ha infundido un rayo de esperanza en la familia. La fiscal les ha brindado orientación y les ha asegurado que la institución está volcada en la búsqueda de Ana Amelí. “Estamos 100% a disposición, estamos participando activamente en todo lo que podemos”, asegura Vanessa, demostrando su compromiso y su firme determinación de no descansar hasta encontrar a su hija.

El apoyo de los colectivos de madres buscadoras ha sido fundamental para la familia de Ana Amelí. Estas mujeres, que conocen de primera mano el dolor de la ausencia, han brindado un invaluable soporte emocional y han compartido su experiencia en la búsqueda de personas desaparecidas. La solidaridad de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, y de la Presidenta Claudia Sheinbaum, también ha sido un bálsamo en medio de la tormenta. "El respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum nos da un poco de tranquilidad, pero también una mayor responsabilidad", reflexiona Vanessa.

La búsqueda de Ana Amelí continúa. La familia, las autoridades y la sociedad unen fuerzas en una cadena de solidaridad para encontrarla. La esperanza se mantiene viva, alimentando la lucha contra la desesperación. Cada día, cada hora, cada minuto cuenta. Ana Amelí, te estamos buscando.