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29 de julio de 2025 a las 17:20
¿Amigos o enemigos? Marianne de vuelta en TikTok
La repentina liberación de Marianne Gonzaga tras el mediático caso de agresión contra la influencer Valentina Gilabert ha desatado una ola de especulaciones y un renovado interés público. Mientras la justicia dictamina que Gonzaga deberá cumplir con medidas específicas durante los próximos dos años y ocho meses – el equivalente a su condena – la incuestionable pregunta que se cierne sobre el panorama digital es: ¿qué hará ahora la creadora de contenido? ¿Volverá a su rutina de publicaciones, ofrecerá explicaciones, o se mantendrá en silencio?
La respuesta, aunque indirecta, ha llegado a través de TikTok, la plataforma donde Gonzaga acumula casi medio millón de seguidores. En lugar de un video propio, la influencer ha compartido dos clips con mensajes cargados de significado, alimentando las teorías y la curiosidad de sus seguidores. El primer video, musicalizado con el pegajoso ritmo de Bad Bunny, reza: "El que no sabe el cuento siempre lo quiere contar. Facto tras facto". Una frase que, en el contexto de su situación legal, podría interpretarse como una alusión a las versiones distorsionadas o incompletas que han circulado sobre el incidente.
El segundo video, aún más revelador, cita a Anuel AA: "No tengan amigos, los amigos traicionan; yo no tengo amigos, tú me ves con los mismos de siempre por ahí, son mis hermanos". Una declaración que, inevitablemente, dirige la mirada hacia Aintzane 'N', la amiga de Gonzaga presuntamente involucrada en el crimen, y siembra la duda sobre la naturaleza de su relación.
Estos mensajes, aunque ajenos en su origen, han sido interpretados como indirectas lanzadas por Gonzaga en medio del huracán mediático. La sección de comentarios de los videos se ha convertido en un hervidero de especulaciones, con usuarios exigiendo un "story time" y expresando su incredulidad ante los giros inesperados del caso. Algunos incluso cuestionan la versión oficial de los hechos, reabriendo el debate sobre la culpabilidad y la responsabilidad.
Sin embargo, este repentino regreso a las redes y las ambiguas declaraciones de Gonzaga han generado una reacción adversa: la revictimización de Valentina Gilabert. La modelo, que previamente había intentado aclarar su postura sobre el perdón otorgado a su agresora – un perdón personal, no legal – se ve ahora obligada a revivir el trauma y a enfrentarse a una nueva oleada de comentarios y opiniones. Su aclaración sobre las condiciones de la libertad asistida de Gonzaga, que implican el cumplimiento de medidas específicas bajo pena de reingreso en prisión, parece haberse perdido en el ruido mediático generado por las indirectas de la agresora.
La situación plantea una reflexión crucial sobre el uso de las redes sociales en casos de alta repercusión pública. ¿Se convierten estas plataformas en un escenario para la manipulación de la narrativa, para la exhibición del arrepentimiento o, simplemente, para alimentar el morbo del público? La historia de Marianne Gonzaga y Valentina Gilabert nos invita a considerar estas preguntas con la debida cautela y empatía.
Fuente: El Heraldo de México