La tragedia se cernió sobre la tranquila mañana en San Pedro. El humo, denso y oscuro, se elevaba hacia el cielo, un presagio del horror que se escondía tras las paredes de una modesta vivienda en la calle Hidalgo, en pleno corazón del municipio. Lo que comenzó como un día cualquiera se transformó en una pesadilla para los habitantes de la propiedad, un lugar donde familias buscaban refugio y un futuro mejor. El silencio de la madrugada fue roto por los gritos de auxilio, el crujir del fuego devorando la madera y el desesperado intento de los inquilinos por escapar de las garras de las llamas. La solidaridad vecinal se hizo presente de inmediato, manos amigas se unieron en una cadena humana para intentar rescatar a quienes aún se encontraban atrapados en el interior. Sin embargo, el destino ya había escrito su trágica sentencia. Dos pequeñas almas, Yaneth de tan solo 15 años y la pequeña Alabi de apenas 2, no lograron escapar de la furia del incendio. Sus cuerpos, inertes sobre el frío asfalto, conmovían a quienes presenciaban la escena. Los vecinos, con el corazón en un puño, las colocaron con delicadeza en la calle, con la esperanza, quizá, de un milagro que nunca llegó. La noticia de su fallecimiento, como un eco doloroso, recorrió cada rincón del municipio. Se supo que ambas provenían de otro estado, buscando un nuevo comienzo en San Pedro, un sueño truncado por la tragedia.

Los valientes bomberos de la estación 5 de Bomberos NL, junto con Protección Civil Mpl 911 y la Cruz Roja, trabajaron incansablemente contra el reloj. Sus rostros, curtidos por el fuego y la adversidad, reflejaban la impotencia ante la pérdida irreparable. Las primeras investigaciones apuntan a la intoxicación como la causa del fallecimiento de las menores. Un joven de 19 años, Rodrigo Agustín Pucheta, lucha por su vida en el Hospital número 21 del IMSS con quemaduras en el 90% de su cuerpo, una batalla contra el dolor y la incertidumbre. Su valentía al intentar salvar a las pequeñas heroínas es un testimonio de la grandeza del espíritu humano en momentos de extrema adversidad.

La lista de afectados continúa, un recordatorio de la fragilidad de la vida: Juan Manuel Ortiz Gómez de 22 años, Letzy Jaquelin Pucheta Paxtian de 21, Yaneth Romualdo Méndez también de 21, Raúl Ortiz Gómez de 20, Luis Gerardo de 17 y el pequeño Edwin de tan solo un año y tres meses. Afortunadamente, tras ser valorados por los paramédicos, se descartó la necesidad de atención médica especializada. Sin embargo, las cicatrices emocionales de esta tragedia, sin duda, perdurarán en sus memorias.

Ahora, la comunidad se une en solidaridad con las familias afectadas, ofreciendo apoyo y consuelo en estos momentos de profundo dolor. Las autoridades, con la responsabilidad que les compete, han iniciado las investigaciones pertinentes para determinar las causas del incendio. La búsqueda de respuestas es crucial, no solo para esclarecer los hechos, sino también para implementar medidas preventivas que eviten futuras tragedias. Mientras tanto, San Pedro llora la pérdida de dos jóvenes vidas, un recordatorio doloroso de la importancia de la seguridad y la prevención en nuestros hogares.