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28 de julio de 2025 a las 09:45

Sheinbaum rompe el silencio: ¿Verdad sobre la extorsión?

La extorsión, una sombra que por años se ha cernido sobre la tranquilidad de las familias mexicanas, finalmente encuentra una respuesta contundente y esperanzadora. La decisión de perseguir de oficio este delito, anunciada por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, no es solo una reforma legal, es una declaración de guerra frontal contra la impunidad y el miedo que paraliza a miles de personas. Imaginen el alivio de quienes, sometidos al terror de las llamadas extorsivas, veían en la denuncia un nuevo riesgo, una exposición innecesaria ante la amenaza latente. Con esta medida, el Estado asume la responsabilidad que le corresponde, protegiendo a los ciudadanos y llevando la lucha directamente al corazón de las redes criminales.

El número 089 se convierte así en un símbolo, la línea que separa el silencio impuesto por el miedo y la acción decidida de la justicia. Ya no se trata de esperar pasivamente a que las víctimas se arriesguen, sino de utilizar la inteligencia, la tecnología y la coordinación interinstitucional para desmantelar las estructuras que se alimentan de la angustia ajena. Esta no es una tarea sencilla, requiere un compromiso firme y una visión a largo plazo, pero la determinación del gobierno actual nos permite vislumbrar un futuro donde la seguridad no sea un privilegio, sino un derecho fundamental.

Esta iniciativa, que va más allá de la simple modificación de leyes, se enmarca en una estrategia integral de seguridad humana. No se trata solo de castigar a los culpables, sino de crear un entorno donde la extorsión pierda su terreno fértil, donde la prevención y la atención a las víctimas sean pilares fundamentales. Se trata de reconstruir el tejido social, dañado por años de violencia e impunidad, y de devolver la confianza a la ciudadanía.

Es fundamental comprender que esta reforma no se limita a la persecución del delito, sino que representa un cambio de paradigma en la forma de abordar la seguridad. La presidenta Sheinbaum ha demostrado que es posible combatir la delincuencia sin recurrir a la militarización ni al autoritarismo, apostando por la inteligencia, la justicia social y la participación ciudadana. Es un mensaje claro para el país: la transformación es posible, y la seguridad no está reñida con el respeto a los derechos humanos.

Ahora, la pelota está en la cancha del Congreso de la Unión. Su respaldo es crucial para consolidar esta reforma y convertirla en una realidad tangible para todos los mexicanos. Es el momento de demostrar que el compromiso con la seguridad ciudadana no se limita a discursos, sino que se traduce en acciones concretas. Es el momento de honrar la promesa de un México donde el miedo no tenga cabida, donde la justicia sea accesible para todos y donde la tranquilidad sea un derecho garantizado. El camino está trazado, la voluntad política es evidente, y el respaldo de la sociedad es fundamental para alcanzar este objetivo común.

Fuente: El Heraldo de México