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28 de julio de 2025 a las 07:25

Mini Guelaguetza: ¡Vívela en pequeño!

La magia de la Guelaguetza, ese crisol de colores, música y tradición oaxaqueña, ha cautivado a propios y extraños a lo largo de los años. Su poder de evocación es tan fuerte que ha inspirado a artistas de diversas disciplinas a plasmar su esencia en sus creaciones. Tal es el caso de José Ordoñez, originario del Istmo de Tehuantepec, quien ha dedicado años de su vida a recrear la majestuosidad de esta fiesta en un formato único: la Guelaguetza en miniatura.

No fue un encuentro fortuito. El flechazo de Ordoñez con la Guelaguetza se dio a través de la pantalla de televisión en 2003. La vibrante explosión de música y danza, la diversidad de los trajes típicos de cada región, despertaron en él una curiosidad insaciable que lo impulsó a profundizar en el significado de esta celebración. Años más tarde, en 2009, la vida le brindó la oportunidad de vivir la Guelaguetza en carne propia, participando con la delegación de Tehuantepec. Esta experiencia, sin duda, fue el catalizador que lo llevó a materializar su sueño: recrear el auditorio y cada una de las delegaciones participantes en miniatura.

La creación de estas pequeñas obras de arte es un proceso meticuloso que requiere paciencia, dedicación y un profundo respeto por la tradición. Ordoñez utiliza una amplia gama de materiales, desde el delicado papel china y el versátil papel crepé, hasta pinturas acrílicas que dan vida a la iconografía de los textiles oaxaqueños. Cada detalle, desde los pliegues de las faldas hasta los adornos de los sombreros, es cuidadosamente recreado con precisión milimétrica. La madera sirve como base para estas pequeñas esculturas, mientras que otros elementos, como jarrones y diversos objetos, se incorporan para dar mayor realismo a la representación.

El artista no se limita a la reproducción estética. Su compromiso con la autenticidad lo ha llevado a realizar una exhaustiva investigación a lo largo de los años. Ha consultado libros, bases de datos, y se ha valido de las redes sociales para documentarse. Pero, sobre todo, ha establecido un valioso contacto con las comunidades originarias, conversando con bailarines, participantes y personas involucradas en la organización de la Guelaguetza. Este intercambio de saberes le ha permitido comprender la profunda significación de cada ritual y la historia que se esconde detrás de cada danza.

La Guelaguetza en miniatura de José Ordoñez no es solo una representación artística, es un homenaje a la riqueza cultural de Oaxaca. Es una ventana que nos permite apreciar la belleza y la complejidad de esta fiesta, y un recordatorio de la importancia de preservar nuestras tradiciones. Cada miniatura es una pequeña joya que encierra la pasión de un artista y el alma de un pueblo. Es una invitación a adentrarnos en el universo mágico de la Guelaguetza y a celebrar la diversidad cultural que nos enriquece como nación.

Fuente: El Heraldo de México