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28 de julio de 2025 a las 09:35

México: Potencia Global Emergente

México se encuentra en una encrucijada. Su posición en los rankings mundiales, fluctuando entre el puesto 11 y el 15, nos muestra un país con el potencial de ser una potencia, pero frenado por ciertas debilidades. Si bien su tamaño, demografía, economía y conexiones internacionales lo colocan en una posición privilegiada, existen áreas cruciales que requieren atención urgente para dar el salto definitivo.

La inversión en educación, el fortalecimiento del Estado de derecho y el respeto irrestricto a los derechos humanos y la libertad de expresión son pilares fundamentales para impulsar el desarrollo. No se trata solo de números y estadísticas, sino de construir una sociedad más justa, equitativa y preparada para los retos del futuro. Imaginemos un México donde la creatividad y la innovación sean los motores de la economía, donde el talento nacional florezca y compita a nivel global. Para lograrlo, es imperativo invertir en la formación de nuestros ciudadanos, brindarles las herramientas necesarias para prosperar y generar un ambiente social propicio para el crecimiento.

Un tema crucial, a menudo relegado a un segundo plano en el debate público, es la inversión en defensa. En el complejo escenario geopolítico actual, la defensa nacional cobra una relevancia inusitada. Mientras Estados Unidos cuestiona la dependencia europea de su protección militar, México parece aferrarse a una postura pacifista, casi ingenua, que minimiza la importancia de una defensa sólida. Esta visión, arraigada en la idea de que una inversión en defensa frente a una potencia como Estados Unidos es inútil, nos ha llevado a descuidar un aspecto fundamental del poder nacional.

Cualquier experto en relaciones internacionales reconocerá el papel crucial del sector militar en la proyección de poder de una nación. No se trata simplemente de gasto militar, sino de una inversión estratégica con implicaciones que van mucho más allá de la guerra. Impulsa la investigación y el desarrollo, genera empleos, abre la puerta a la exportación de tecnología y la participación en proyectos multinacionales. Fortalecer nuestras fuerzas armadas no solo disuade potenciales agresiones, sino que nos posiciona como un actor relevante en el escenario internacional, con mayor capacidad de influencia y negociación.

La actual coyuntura internacional nos obliga a reflexionar sobre nuestra vulnerabilidad. La percepción de un bajo costo de agresión hacia México nos coloca en una posición desfavorable. Es necesario elevar el costo potencial de cualquier amenaza, y esto se logra, en parte, con una inversión adecuada en defensa. No se trata de militarizar el país, sino de proteger nuestros intereses, nuestros recursos y nuestra soberanía. Recordemos que la soberanía no es un concepto abstracto, sino la capacidad de un Estado para ejercer control efectivo sobre su territorio y sus recursos. Sin una Marina capaz de proteger nuestros extensos litorales, por ejemplo, nos exponemos a la vulnerabilidad frente a actividades ilícitas y a la explotación indiscriminada de nuestros recursos naturales.

Las proyecciones a futuro, como las de Goldman Sachs, que prevén a México en el onceavo lugar de las economías mundiales en cincuenta años, nos obligan a actuar con visión estratégica. Si bien la integración económica de América del Norte seguirá siendo clave para el éxito, es fundamental lograr un mayor equilibrio y cooperación entre sus miembros. La consolidación de nuestros factores de poder, incluyendo la defensa, es una tarea urgente para esta generación y para las futuras. No podemos seguir postergando decisiones cruciales para el desarrollo y la seguridad de nuestro país. Es hora de asumir el liderazgo y construir el futuro que México merece.

Fuente: El Heraldo de México