
29 de julio de 2025 a las 00:25
Locomotora Oliveras: Adiós a una leyenda
El mundo del deporte llora la partida de una verdadera guerrera. Alejandra "Locomotora" Oliveras, la indomable campeona que rompió barreras y conquistó el mundo del boxeo, nos ha dejado a la temprana edad de 47 años. Un silencio repentino ha caído sobre el ring, donde antes resonaban sus poderosos golpes y su inquebrantable espíritu. Santa Fe, Argentina, se viste de luto al despedir a una de sus hijas más ilustres, una mujer que, desde la humildad de sus orígenes en Jujuy, forjó una leyenda a base de puños y coraje.
La noticia, como un gancho al hígado, ha impactado al mundo deportivo internacional. Un ACV y una embolia pulmonar han puesto fin a la vida de la primera mujer argentina en alzarse con cuatro títulos mundiales en diferentes categorías, un logro que parecía imposible en un deporte históricamente dominado por hombres. Pero para la "Locomotora", lo imposible era solo un desafío más.
Su historia, más que una carrera deportiva, es una oda a la resiliencia. Criada en un entorno marcado por la violencia, Alejandra encontró en el boxeo una vía de escape, una forma de canalizar su energía y transformar el dolor en fuerza. El ring se convirtió en su santuario, el lugar donde podía desahogar sus frustraciones y construir, golpe a golpe, un futuro mejor. Y vaya si lo construyó.
Con una determinación férrea y un talento innato, "Locomotora" Oliveras escaló posiciones en el mundo del boxeo hasta alcanzar la cima. Sus victorias resonaron en cada rincón del planeta, llevando el nombre de Argentina a lo más alto del podio. Sus puños, como martillos de justicia, derribaron prejuicios y abrieron camino para las futuras generaciones de boxeadoras. Los cinturones del CMB, AMB y OMB, testigos de su gloria, son solo una parte del legado que deja tras de sí.
Su inclusión en el Salón de la Fama del boxeo latinoamericano en 2024 no fue una sorpresa, sino un merecido reconocimiento a una trayectoria impecable. Pero su grandeza no se limitaba al cuadrilátero. Tras colgar los guantes, Alejandra dedicó su vida a las causas sociales, demostrando que su espíritu luchador seguía intacto. Se convirtió en una voz para los que no la tenían, en un faro de esperanza para los más vulnerables.
Hoy, mientras el mundo del deporte lamenta su partida, recordamos a Alejandra "Locomotora" Oliveras no solo por sus títulos, sino por su inmensa humanidad. Su historia, marcada por la adversidad y la superación, se convierte en un ejemplo para todos nosotros. Su legado trasciende el ring, convirtiéndose en un símbolo de lucha, perseverancia y compromiso social. Un legado que, como la llama eterna, seguirá inspirando a generaciones venideras. La "Locomotora" se ha ido, pero su espíritu, indomable y valiente, seguirá vivo en el corazón de todos aquellos que la admiramos. Que descanse en paz, campeona.
Fuente: El Heraldo de México