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28 de julio de 2025 a las 09:25
Israel: ¿Cambio de roles?
El conflicto en Oriente Medio continúa desangrando la región, sumiendo a la población en un ciclo aparentemente interminable de violencia y desesperanza. La ofensiva israelí, iniciada en respuesta al brutal ataque de Hamás del 8 de octubre de 2023, ha dejado una estela de destrucción y muerte que conmueve al mundo. Si bien la indignación inicial se centró en la barbarie del grupo terrorista, la respuesta de Israel ha generado una creciente ola de críticas internacionales, poniendo en tela de juicio la proporcionalidad de sus acciones.
Las imágenes que llegan desde Gaza son desgarradoras: niños desnutridos, hospitales bombardeados, infraestructuras esenciales reducidas a escombros. El bloqueo impuesto por el ejército israelí ha convertido la Franja en una prisión a cielo abierto, donde la población civil paga el precio más alto por un conflicto que parece no tener fin. Si bien el gobierno de Netanyahu justifica sus acciones como una respuesta necesaria a la amenaza terrorista, la magnitud de la devastación y el elevado número de víctimas civiles plantean serias interrogantes sobre la estrategia empleada.
La narrativa de víctima que históricamente ha acompañado a Israel comienza a desdibujarse ante la creciente evidencia de excesos y violaciones del derecho internacional humanitario. La comunidad internacional, aunque consciente de la amenaza que representa Hamás, no puede permanecer impasible ante el sufrimiento de la población palestina. Organismos internacionales como la ONU han expresado su profunda preocupación por la situación humanitaria en Gaza, exigiendo el cese de las hostilidades y el acceso irrestricto de ayuda humanitaria.
Pero el conflicto no se limita a Gaza. La escalada de violencia se extiende a otros países de la región, como Líbano, Siria, Yemen e Irán, creando un clima de inestabilidad que amenaza con desbordarse. La aparente impunidad con la que Israel actúa, amparada por el apoyo incondicional de Estados Unidos y otros aliados, alimenta el resentimiento y la radicalización en el mundo árabe.
A pesar del respaldo de sectores influyentes de la comunidad internacional, la imagen de Israel se deteriora día a día. La opinión pública, conmovida por las imágenes de la tragedia humanitaria en Gaza, comienza a cuestionar la legitimidad de las acciones israelíes. La propaganda oficial, que presenta a Hamás como el único responsable de la violencia, pierde credibilidad ante la evidencia de los bombardeos indiscriminados y la destrucción sistemática de infraestructuras civiles.
El silencio cómplice de algunos gobiernos y la tibieza de las condenas internacionales contribuyen a perpetuar el ciclo de violencia. Es urgente que la comunidad internacional asuma su responsabilidad y exija el cese inmediato de las hostilidades. El diálogo y la negociación son la única vía posible para alcanzar una solución justa y duradera al conflicto que lleva décadas desangrando a Oriente Medio. La paz, tan anhelada por ambos pueblos, solo será posible cuando se reconozca el derecho a la vida y la dignidad de todos, sin distinción de religión o nacionalidad.
Fuente: El Heraldo de México