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29 de julio de 2025 a las 01:15
IMSS Zacatecas: ¿Dónde están Perla y José?
La angustia se extiende como una sombra sobre Zacatecas. Dos trabajadores del IMSS, Perla Yajaira Ortega Muñoz y José Ángel Vázquez García, se han desvanecido en el aire, dejando tras de sí un vacío desgarrador y una creciente ola de incertidumbre. Perla, una enfermera de 31 años, dedicada a su profesión y a su hijo, emprendió el camino a casa el 18 de julio, un trayecto que se tornaría en una pesadilla sin fin. La carretera Picones - El Orito, en la capital del estado, fue el último lugar donde se le vio, convirtiéndose en un punto de referencia para la desesperación de su familia.
La imagen de Perla, con sus 1.68 metros de estatura, piel blanca, cabello negro y tatuajes distintivos en pecho y brazos, se ha multiplicado en carteles de búsqueda, pegados en postes, paredes y compartidos en redes sociales, una súplica silenciosa que clama por su regreso. Su padre, Raúl Ortega, con la voz quebrada por la angustia, implora a las autoridades que intensifiquen la búsqueda, que no permitan que la esperanza se apague. Su clamor resuena en las calles de Zacatecas, un eco del dolor que comparte con la madre de Perla, Blanca Muñoz, quien con entereza exige respuestas, una señal, cualquier indicio que les permita aferrarse a la posibilidad de volver a abrazar a su hija. Su trabajo en el IMSS, su dedicación a su hijo, su vida sencilla y sin conflictos, son argumentos que refuerzan la injusticia de su desaparición, la crueldad de un destino incierto.
La desaparición de José Ángel, un técnico en salud del IMSS de 45 años, un día después de la de Perla, añade una capa más de complejidad y temor a la situación. Su descripción, con sus tatuajes de animales - un tigre, un león, una pantera y un lobo - grabados en su piel, su 1.75 metros de estatura y su tez morena, se suma a la lista de rostros ausentes que exigen justicia en Zacatecas. La coincidencia temporal y laboral entre ambos casos abre interrogantes inquietantes, alimentando la especulación y la desconfianza en un contexto social marcado por la violencia.
La manifestación pacífica organizada por familiares, amigos y compañeros de trabajo, se convierte en un grito colectivo que exige atención, que busca romper la barrera de la indiferencia. Las consignas "Falta una enfermera" y "Seguridad" retumban en las calles, un llamado desesperado a las autoridades, un recordatorio de la vulnerabilidad que se vive en la región. La presencia del gobernador David Monreal en un evento público durante la manifestación, añade un elemento de presión, una oportunidad para que las demandas sean escuchadas directamente por quien tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La promesa de continuar las movilizaciones hasta que Perla regrese a casa, demuestra la firmeza y la determinación de quienes la aman, una muestra de solidaridad que se extiende a José Ángel y a todas las víctimas de desaparición en el país. La lucha por la verdad y la justicia apenas comienza, una batalla contra el olvido y la impunidad que requiere la participación de toda la sociedad. La esperanza, aunque frágil, se mantiene viva, alimentada por el amor y la fe en que Perla y José Ángel regresen pronto a sus hogares.
Fuente: El Heraldo de México