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28 de julio de 2025 a las 03:30

Deja de odiar los lunes.

¿Lunes otra vez? Si sientes que un pesado manto de desánimo te cubre cada vez que inicia la semana, no estás solo. Mucho más allá de la clásica imagen de Garfield refunfuñando ante la llegada del lunes, la ciencia ha comenzado a desentrañar el impacto real que este día tiene en nuestro organismo. Un reciente estudio de la Universidad de Hong Kong, publicado en el prestigioso Journal of Affective Disorders, ha arrojado luz sobre este fenómeno, confirmando lo que muchos sospechábamos: el "mal del lunes" no es solo una percepción, sino una realidad fisiológica.

La investigación, realizada con más de 3,500 adultos mayores en Inglaterra, reveló un dato sorprendente: los niveles de cortisol, la hormona del estrés, se disparan hasta un 23% los lunes en personas que experimentan ansiedad ese día, en comparación con quienes reportan ansiedad en otros momentos de la semana. Lo más intrigante es que este patrón se replica incluso en personas jubiladas, lo que sugiere una arraigada respuesta condicionada a la llegada del lunes, independientemente de la actividad laboral.

Imaginen la escena: el domingo por la noche, mientras disfrutamos de los últimos momentos de relax, nuestro cerebro ya comienza a anticipar el inicio de la semana, activando el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA), el sistema que regula nuestra respuesta al estrés. Este mecanismo, esencial para nuestra supervivencia, se convierte en un arma de doble filo cuando se activa de forma crónica, como sucede con la recurrente ansiedad del lunes. A largo plazo, esta sobreestimulación del eje HPA puede tener consecuencias graves para nuestra salud, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y debilitando nuestro sistema inmunológico.

El estudio de la Universidad de Hong Kong no es un caso aislado. Investigaciones previas ya habían detectado un aumento en la incidencia de infartos y muertes cardíacas súbitas los lunes, un dato alarmante que refuerza la conexión entre el inicio de la semana y el estrés. Además, las estadísticas muestran un pico en los reportes de ansiedad, estrés e incluso suicidios los lunes, dibujando un panorama preocupante sobre el impacto psicológico del "mal del lunes".

¿Qué podemos hacer entonces para combatir este fenómeno? Si bien erradicar por completo el lunes del calendario, como soñaba Garfield, no es una opción viable, sí podemos implementar estrategias para mitigar sus efectos negativos. Desde planificar actividades placenteras para el inicio de la semana, hasta practicar técnicas de relajación y mindfulness, pasando por una buena higiene del sueño y una alimentación balanceada, existen herramientas a nuestro alcance para afrontar el lunes con mayor serenidad. No se trata de negar la realidad, sino de aprender a gestionarla de forma inteligente, transformando el temido "mal del lunes" en una oportunidad para cultivar el bienestar y la resiliencia. Recordemos que, al final del día, el lunes también forma parte de la vida, y merece ser vivido con plenitud.

Fuente: El Heraldo de México