
28 de julio de 2025 a las 21:30
¿Autodefensas o crimen organizado? La verdad tras la Purépecha
La sombra de las autodefensas vuelve a cernirse sobre Michoacán. La reciente aparición de un supuesto "Ejército Purépecha de Libertad Michoacana" (EPLM), con su "Comandante Arango" a la cabeza, ha encendido las alarmas y reavivado el fantasma de un pasado no tan lejano. El Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, tajante en sus declaraciones, lo ha calificado de "montaje" orquestado por la delincuencia organizada. ¿Una estrategia mediática? ¿Un intento de desestabilización? Las preguntas flotan en el aire, denso y cargado de incertidumbre.
El video que detonó la polémica, difundido a través de redes sociales, muestra a individuos encapuchados y armados, declarando su existencia y objetivos. Una escena que recuerda, inevitablemente, el surgimiento de las autodefensas hace una década. Y es precisamente esa similitud la que alimenta las sospechas del Gobernador Bedolla, quien no duda en señalar la posible participación de los mismos grupos delictivos que, en el pasado, utilizaron la figura de las autodefensas para sus propios fines. Un juego de sombras en el que la línea entre la justicia y la criminalidad se difumina peligrosamente.
La afirmación de Bedolla es contundente: "Las autodefensas las armó un grupo de la delincuencia organizada para combatir a otro". Una verdad incómoda que resuena con fuerza en un estado marcado por la violencia. La historia se repite, o al menos eso parece, con nuevos actores y el mismo guión de fondo. La lucha por el control del territorio, el narcotráfico y la extorsión, son los motores que impulsan esta maquinaria de violencia.
El Gobernador, sin embargo, insiste en la tranquilidad. Asegura que no existen indicios reales de la formación de este supuesto ejército purépecha y que su gobierno mantiene un diálogo constante con las comunidades indígenas. La semana pasada, más de 46 comunidades se reunieron con representantes del gobierno estatal para abordar temas cruciales como el autogobierno, el fortalecimiento de la seguridad, la obra pública y la educación. Una muestra, según Bedolla, del compromiso de su administración con las necesidades y demandas de la población indígena.
Sin embargo, la duda persiste. ¿Es realmente un montaje? ¿O se trata de una amenaza latente que podría estallar en cualquier momento? La experiencia del pasado nos enseña que la aparición de grupos armados, bajo cualquier bandera, rara vez trae consigo la paz y la estabilidad. La vigilancia y la investigación exhaustiva son cruciales para desentrañar la verdad detrás del EPLM y evitar que Michoacán se sumerja, una vez más, en un espiral de violencia. Mientras tanto, la población observa con inquietud, esperando respuestas y acciones concretas que garanticen su seguridad y tranquilidad. El futuro de Michoacán se juega en la capacidad de las autoridades para discernir la realidad de la ficción, y para actuar con firmeza ante cualquier amenaza a la paz social. La historia, como un eco, nos recuerda que la indiferencia y la inacción pueden tener consecuencias devastadoras.
Fuente: El Heraldo de México