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28 de julio de 2025 a las 03:45
Alerta Amarilla: Fuertes lluvias en CDMX
La furia de la naturaleza se cierne sobre la capital mexicana. Nubes cargadas de agua oscurecen el cielo, preludio de las intensas tormentas que se avecinan. El viento, como un heraldo de la tempestad, azota las calles y levanta remolinos de polvo, mientras que la amenaza del granizo se suma a la inquietante sinfonía meteorológica. Las autoridades, conscientes del inminente peligro, han activado la alerta amarilla en toda la Ciudad de México. La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, en un comunicado que resuena como una llamada a la precaución, ha instado a la población a tomar las medidas necesarias para resguardarse de la inclemencia del tiempo. Se prevén precipitaciones de hasta 29 milímetros, una cantidad capaz de transformar las calles en ríos improvisados y anegar las zonas más vulnerables.
La alerta amarilla no es una simple advertencia, es un llamado a la acción. El pronóstico no deja lugar a dudas: fuertes lluvias, posible caída de granizo y vientos impetuosos que amenazan con derribar ramas y postes, dejando a su paso un rastro de caos. La ciudad, acostumbrada al ritmo frenético de la vida diaria, se prepara para un domingo diferente, un domingo marcado por la fuerza indomable de la naturaleza.
Mientras la tarde avanza inexorablemente hacia la noche, las primeras gotas comienzan a caer, anunciando la llegada del diluvio. Tláhuac, al sur de la ciudad, es la primera en recibir el embate de la tormenta. Las lluvias, intensas y persistentes, caen con furia sobre sus calles, convirtiendo el paisaje urbano en una acuarela difuminada por el agua. Xochimilco y Cuajimalpa, no muy lejos de allí, experimentan los primeros chubascos, preámbulo de lo que está por venir. En Coyoacán e Iztapalapa, la lluvia se manifiesta con una intensidad menor, pero la amenaza persiste, latente, en el aire cargado de humedad.
La ciudad contiene la respiración, a la espera del clímax de la tormenta. Las autoridades, en alerta máxima, monitorean la situación minuto a minuto, preparadas para intervenir en caso de emergencia. Se recomienda a la población evitar zonas propensas a inundaciones, asegurar objetos que puedan ser arrastrados por el viento y, sobre todo, mantenerse informada a través de los canales oficiales. La prudencia y la prevención son las mejores aliadas en momentos como estos, donde la naturaleza nos recuerda su poderío.
El rugido del trueno se escucha a lo lejos, como un recordatorio de la fuerza desatada que se cierne sobre la ciudad. La noche se presenta incierta, envuelta en un manto de agua y electricidad. Mientras la tormenta descarga su furia, la Ciudad de México se resguarda, esperando el amanecer y el regreso de la calma. La resiliencia de sus habitantes, puesta a prueba una vez más, se erige como un faro de esperanza en medio de la tempestad. La vida, como el agua, siempre encuentra su cauce.
Fuente: El Heraldo de México