Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Sociedad

27 de julio de 2025 a las 06:30

¡Taqueros defienden su barrio!

El aire se cortaba con la tensión palpable. El eco de los cánticos resonaba entre los antiguos edificios del Centro Histórico, un rumor que crecía a cada minuto, anunciando la llegada inminente de la Marcha Contra la Gentrificación. En la calle Isabela Católica, corazón palpitante de la tradición chilanga, la Taquería Tlaquepaque se preparaba para el impacto. No era la primera vez que la marea humana de la protesta bañaba sus puertas, pero la incertidumbre siempre se colaba entre el aroma a tacos al pastor y el bullicio habitual.

Don Rogelio, dueño de la taquería desde hacía más de tres décadas, observaba con una mezcla de resignación y preocupación. Había visto cómo el barrio cambiaba, cómo las viejas vecindades daban paso a modernos departamentos, cómo los comercios de toda la vida se veían desplazados por boutiques y cafeterías “de especialidad”. La gentrificación, ese monstruo silencioso, iba devorando poco a poco la esencia misma del Centro Histórico. Él, como tantos otros, se resistía a ser tragado por la vorágine.

La imagen capturada por Rogelio Morales Ponce, fotógrafo de la Agencia Cuartoscuro, es un testimonio crudo de esa resistencia. En ella, los empleados de la taquería, jóvenes con rostros curtidos por el sol y las largas jornadas de trabajo, apilan mesas y sillas formando una barricada improvisada. No se trata de un acto de violencia, sino de un gesto desesperado por proteger su fuente de ingreso, el legado de años de esfuerzo y sacrificio. Un símbolo de la lucha diaria por la supervivencia en una ciudad que cambia a una velocidad vertiginosa.

Las sillas, testigos silenciosas de incontables tertulias y comidas familiares, ahora se convertían en escudos. Las mesas, donde se han compartido risas, penas y la cálida compañía de un buen taco, se transformaban en murallas. Una metáfora visual de la precariedad que enfrentan pequeños negocios como la Taquería Tlaquepaque ante el avance implacable de la gentrificación.

La marcha, con sus consignas de “vivienda digna” y “regulación al mercado inmobiliario”, dejaba al descubierto una herida abierta en el tejido social de la Ciudad de México. La exigencia de un freno a la especulación inmobiliaria resonaba con fuerza en las calles, un grito desesperado que se unía al cláxon de los coches, al rumor de la multitud y al tintineo de las cucharas contra los platos en la taquería.

La fotografía de Rogelio Morales Ponce no sólo inmortaliza un instante, sino que nos interpela como sociedad. Nos obliga a reflexionar sobre el costo humano de la gentrificación, sobre las consecuencias de un modelo de desarrollo urbano que prioriza el lucro por encima del bienestar de las comunidades. Nos invita a mirar más allá de las fachadas relucientes y a reconocer las historias de lucha y resistencia que se escriben día a día en las calles de nuestra ciudad. La Taquería Tlaquepaque, con su barricada de sillas y mesas, se convierte así en un símbolo de la batalla por preservar la identidad y el alma del Centro Histórico, un recordatorio de que la ciudad se construye con las historias de su gente, no con el cemento y el acero de los grandes desarrollos inmobiliarios.

Fuente: El Heraldo de México