El asfalto vibró bajo las ruedas de decenas de bicicletas, una sinfonía de libertad que resonó en las calles de la Miguel Hidalgo. No eran simples ciclistas, eran Mujeres Libres, dueñas de la noche y del espacio público, pedaleando juntas en una demostración palpable de sororidad y empoderamiento. La primera Rodada de Mujeres Libres “Porque entre nosotras nos cuidamos” no solo llenó las calles de energía, sino que también las llenó de esperanza, marcando un hito en la lucha por una ciudad más segura e inclusiva.

Desde la icónica Puerta de los Leones de Chapultepec, el contingente, conformado por mujeres de diversas edades y bagajes, inició su recorrido. La noche, que a menudo se percibe como un manto de vulnerabilidad, se transformó en un lienzo de fuerza y unidad. Cada pedalada era una declaración, una afirmación del derecho a transitar sin miedo, a disfrutar de la ciudad en todas sus dimensiones. El aire se cargaba con la convicción de que la seguridad no se mendiga, se construye, y se construye juntas.

A lo largo del trayecto, las instructoras de la BiciEscuela, cual guardianas silenciosas, brindaron apoyo y acompañamiento, asegurando que cada participante se sintiera segura y confiada. Su presencia, más allá de la asistencia técnica, simbolizaba la red de apoyo que se teje entre mujeres, la certeza de que no están solas en esta lucha.

Al llegar a la alcaldía Miguel Hidalgo, ubicada en Parque Lira, la energía no decayó, sino que se transformó. Las participantes se sumergieron en un taller de defensa personal, un espacio donde aprendieron técnicas para protegerse, no solo físicamente, sino también emocionalmente. No se trataba de fomentar la violencia, sino de dotarlas de herramientas para enfrentar situaciones de riesgo, para que la inseguridad no las paralice, para que puedan reaccionar con firmeza y determinación. Cada movimiento, cada bloqueo, era una inyección de confianza, una semilla de autonomía que florecía en sus corazones.

Esta iniciativa, impulsada por la Dirección Ejecutiva de Planeación y Desarrollo Urbano, en colaboración con el área de Movilidad y un colectivo de mujeres, trasciende el simple acto de una rodada nocturna. Es un símbolo de resistencia, una apuesta por la transformación social. No se trata solo de aprender a defenderse, se trata de reapropiarse del espacio público, de romper con los estereotipos que limitan la libertad de las mujeres, de construir una ciudad donde la noche no sea sinónimo de peligro, sino de posibilidad.

La Rodada de Mujeres Libres es un llamado a la acción, una invitación a sumarse a esta ola de cambio. Es una muestra de que la unión hace la fuerza, de que juntas, las mujeres pueden transformar la realidad, pedalear hacia un futuro donde la libertad y la seguridad sean un derecho inalienable para todas. Y esto es solo el comienzo. La semilla ha sido plantada, y seguirá germinando, floreciendo en cada calle, en cada esquina, en cada corazón que late al ritmo de la libertad.