La tragedia se tiñó de rojo en las calles de Tultitlán la noche del jueves. Una joven motociclista, de apenas 25 años, vio su vida truncada por la imprudencia de un conductor al volante de una pipa. Las imágenes, captadas por una cámara de seguridad, son estremecedoras y han dado la vuelta a la red, generando una ola de indignación entre los usuarios. Muestran con crudeza el momento exacto del impacto: la joven, esperando pacientemente la luz verde del semáforo en la Avenida Margarita Maza de Juárez, inicia su marcha con la confianza de que la vía está libre. En una fracción de segundo, la enorme mole de la pipa, ignorando la señal roja en la Avenida José López Portillo, la embiste con brutalidad, pasándole por encima. La vida de la joven se apaga en ese instante, arrebatada por una irresponsabilidad que clama justicia.

Lo más desgarrador, quizás, no es solo el accidente en sí, sino la cobardía que le siguió. El conductor de la pipa, consciente del horror que acababa de provocar, lejos de detenerse a auxiliar a la víctima, optó por la huida. Una huida que, afortunadamente, fue frustrada gracias a la rápida actuación de los testigos presenciales, quienes alertaron a las autoridades. La policía estatal logró interceptar la pipa en Perinorte, aunque la identidad del conductor y su situación legal aún permanecen en la sombra, alimentando la incertidumbre y la rabia de quienes exigen justicia para la joven.

Este lamentable suceso pone de manifiesto, una vez más, la fragilidad de la vida en el asfalto y la urgente necesidad de un cambio de mentalidad al volante. La velocidad excesiva, el irrespeto a las señales de tránsito y la omisión de auxilio son una combinación letal que, tristemente, cobra vidas a diario. ¿Cuántas tragedias más tendremos que presenciar antes de que se tomen medidas contundentes? ¿Cuántas familias más tendrán que llorar la pérdida de un ser querido por la imprudencia ajena?

La indignación en redes sociales es palpable. Cientos de usuarios exigen justicia para la joven motociclista, reclaman un castigo ejemplar para el responsable y piden a las autoridades mayor control y vigilancia en las vías públicas. El video del accidente se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la impunidad y la irresponsabilidad al volante, un grito silencioso que exige un cambio profundo en la cultura vial. Mientras tanto, la familia de la joven se enfrenta al dolor inmenso de la pérdida, esperando que la justicia ilumine el camino hacia la verdad y la reparación.

La pregunta que resuena en el aire es: ¿hasta cuándo seguiremos tolerando estas tragedias evitables? La respuesta, sin duda, está en manos de todos. Desde el respeto a las normas de tránsito hasta la denuncia de las conductas imprudentes, cada uno de nosotros podemos contribuir a construir un entorno vial más seguro, donde la vida sea lo primero. El recuerdo de la joven motociclista debe servir como un recordatorio constante de la importancia de la responsabilidad al volante, un llamado a la conciencia para que tragedias como esta no se repitan.