La celebración del noveno cumpleaños de Ponchito, hijo del influencer Poncho de Nigris, se ha convertido en el centro de una nueva controversia en redes sociales. Lo que para muchos debería ser un recuerdo alegre y familiar, se ha transformado en un debate sobre los límites del humor y el respeto hacia los niños. El video, compartido por el propio De Nigris en su cuenta de Instagram, muestra el momento exacto en que el pequeño Ponchito, a punto de soplar las velas de su pastel, expresa claramente su deseo de no recibir el tradicional "pastelazo". Sin embargo, su padre, ignorando su petición, lo empuja hacia el pastel, provocando una reacción de evidente disgusto y tristeza en el niño, quien estuvo al borde del llanto.

La publicación, lejos de generar la ternura y alegría esperadas, desató una ola de críticas hacia el influencer. Usuarios de diversas plataformas digitales han expresado su desaprobación, reprochando la actitud de De Nigris y señalando la importancia de respetar los deseos de los niños, incluso en situaciones aparentemente triviales. Mensajes como "¡Con los niños no!", "Se llama respeto, y si el niño dice que no, es no y punto" e incluso "Ponchito ya se siente humillado" inundan la sección de comentarios de la publicación, evidenciando el malestar generalizado. Muchos internautas también han recordado la importancia de enseñar a los niños sobre el consentimiento y la autonomía corporal, valores que, según argumentan, se ven vulnerados en la acción de De Nigris.

La polémica se agranda al considerar que no es la primera vez que el influencer enfrenta críticas por su estilo de crianza. Sus "bromas pesadas" a sus hijos, particularmente a Ponchito, son un tema recurrente de discusión en redes sociales. Algunos cuestionan si este tipo de humor, basado en la sorpresa y en ocasiones en la incomodidad del otro, es realmente apropiado para niños de su edad. Se abre entonces el debate sobre la delgada línea entre la diversión familiar y la posible humillación o falta de respeto.

Por su parte, Poncho de Nigris parece hacer caso omiso a la controversia. En la descripción del video, se limita a celebrar el cumpleaños de su hijo y a justificar la "mordida" como una tradición normal. Esta aparente indiferencia ha avivado aún más las críticas, con algunos usuarios interpretándola como una falta de empatía y de reconocimiento del daño potencial que este tipo de acciones puede causar en la autoestima y la confianza de un niño.

El incidente pone sobre la mesa una reflexión importante sobre la responsabilidad de las figuras públicas, especialmente aquellas con un gran número de seguidores jóvenes. ¿Qué mensaje se transmite cuando se normalizan este tipo de comportamientos? ¿Se está priorizando el entretenimiento por encima del bienestar emocional de los niños? En un mundo cada vez más digitalizado, donde las acciones de los influencers son observadas y replicadas por miles de personas, es fundamental promover un uso responsable de las redes sociales y fomentar valores como el respeto, la empatía y la escucha activa, especialmente en la interacción con los más pequeños. El caso de Poncho de Nigris y su hijo nos invita a repensar los límites del humor y a preguntarnos qué tipo de ejemplo queremos dar a las futuras generaciones.