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25 de julio de 2025 a las 09:10

Fin a las 40 horas: ¿Un sueño posible?

El anuncio de la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales en México ha generado un debate nacional sobre la conciliación entre la vida laboral y personal, la productividad y la competitividad. Si bien la firma del convenio data de 1935, es ahora, bajo el liderazgo de la Presidenta Claudia Sheinbaum, que se vislumbra una ruta concreta hacia su implementación. La propuesta, que se desarrollará gradualmente hasta 2030, busca no solo alinearse con estándares internacionales, sino también impulsar un cambio profundo en la cultura laboral del país.

Este cambio paradigmático no se limita a una simple reducción de horas. Representa una oportunidad para repensar la forma en que trabajamos y cómo organizamos nuestras vidas. Las jornadas extenuantes, que por mucho tiempo han caracterizado el panorama laboral mexicano, impactan negativamente en la salud física y mental de los trabajadores, generando estrés, fatiga y un mayor riesgo de accidentes laborales. La reducción de la jornada, en cambio, permite un mayor equilibrio entre las responsabilidades profesionales y el tiempo dedicado a la familia, el ocio y el desarrollo personal. Este equilibrio, a su vez, se traduce en una mayor motivación, un incremento en la productividad y una disminución del ausentismo.

Es importante destacar que la transición hacia una jornada de 40 horas no es un camino sencillo. Exige un diálogo constructivo y la colaboración entre el gobierno, los empleadores y los trabajadores. Los foros regionales, impulsados por el secretario Marath Bolaños, son un primer paso fundamental para escuchar las diversas perspectivas y construir un consenso que beneficie a todos los actores involucrados. Es necesario analizar las particularidades de cada sector, identificar los retos y las oportunidades, y diseñar estrategias que permitan la implementación gradual sin afectar la competitividad de las empresas.

La experiencia de otros países, miembros de la OCDE, demuestra que la reducción de la jornada laboral no es un privilegio exclusivo de las naciones ricas. Francia, Noruega, Estados Unidos, Canadá y Ecuador, entre otros, ya han implementado jornadas de 40 horas o menos, demostrando que es posible conciliar el bienestar de los trabajadores con el crecimiento económico. El argumento de que una reducción de horas impactaría negativamente en la economía se desmorona ante la evidencia. De hecho, la experiencia con el aumento del salario mínimo en México ha demostrado que es posible mejorar las condiciones laborales sin generar inflación ni desempleo.

La "Ruta por las 40 horas", impulsada por la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, es un ejemplo del compromiso con un diálogo inclusivo y participativo. Escuchar las voces de todos los sectores es crucial para elaborar un dictamen sólido que garantice una transición justa y equitativa. Este proceso de consulta permitirá identificar las mejores prácticas, anticipar posibles desafíos y construir un marco legal que proteja los derechos de los trabajadores y al mismo tiempo promueva la competitividad de las empresas. El 1 de mayo de 2025 marcará un hito en la historia laboral de México. Será recordado como el día en que se inició el camino hacia una jornada laboral más justa, una jornada que prioriza el bienestar de las personas y sienta las bases para un futuro más próspero y equitativo. Esta "primavera laboral", como la ha denominado la diputada Maiella Gómez, no solo busca el pleno empleo, sino también el pleno bienestar, un objetivo ambicioso que requiere el compromiso y la participación de todos.

Fuente: El Heraldo de México