La tragedia ha enlutado a la comunidad de El Jicote, en el municipio de El Nayar, Nayarit. Tras una angustiosa búsqueda que se extendió por casi 12 horas, el cuerpo sin vida del pequeño Brayan, de tan solo siete años, fue recuperado del canal de riego donde cayó la tarde del 22 de julio. La noticia ha conmocionado a la población, que se unió en una muestra de solidaridad y desesperación para intentar encontrar al menor con vida.

El fatídico accidente ocurrió en las cercanías de la presa El Jileño, mientras el padre de Brayan trabajaba en una empacadora de mangos. Según relataron testigos presenciales, el niño jugaba con otros menores en las proximidades del canal cuando la fuerza del agua lo arrastró sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo. La corriente, implacable, se llevó la alegría y la inocencia de Brayan, dejando un vacío inmenso en el corazón de su familia y de toda la comunidad.

Ante la emergencia, más de 40 personas, entre familiares, vecinos y compañeros de trabajo del padre, se organizaron de inmediato para iniciar la búsqueda. Con la angustia carcomiendo sus esperanzas, recorrieron a pie kilómetros del canal, internándose en la maleza y desafiando las dificultades del terreno. Improvisaron redes y utilizaron chinchorros, herramientas precarias ante la magnitud de la tarea, pero impulsados por la fe de encontrar a Brayan con vida.

Las horas transcurrían y la esperanza se desvanecía con cada minuto que pasaba. La falta de equipo especializado para este tipo de rescates dificultó aún más la labor, evidenciando la necesidad de contar con recursos adecuados para atender este tipo de emergencias en zonas rurales. Finalmente, tras una jornada extenuante de búsqueda comunitaria, el cuerpo del pequeño fue recuperado, confirmando el trágico desenlace que todos temían.

La tristeza y la consternación se han apoderado de El Jicote. La imagen de Brayan jugando con sus amigos se contrapone con la dolorosa realidad de su ausencia. La comunidad se une al dolor de la familia, ofreciendo su apoyo y consuelo en estos momentos de indescriptible sufrimiento. Hasta el momento, las autoridades estatales no se han pronunciado oficialmente sobre el incidente, lo que ha generado cierta inquietud entre los habitantes, quienes exigen una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias del accidente y tomar medidas que prevengan futuras tragedias. Se espera que en las próximas horas se emita un comunicado oficial con información detallada sobre lo sucedido. Mientras tanto, El Jicote llora la pérdida de uno de sus hijos, un niño cuya vida fue arrebatada demasiado pronto por la fuerza de la naturaleza. Este lamentable suceso nos recuerda la importancia de la prevención y la necesidad de contar con recursos adecuados para actuar con rapidez y eficacia en situaciones de emergencia, especialmente en zonas rurales donde el acceso a estos servicios puede ser limitado.